/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/UEHHKPNO2RAAFEEBZJU2R3EMTA.jpg)
Cargando...
En febrero de 2005, apenas unos pocos meses después de la trágica mañana del 1 de agosto de 2004, cuando cientos de personas perdieron la vida en el incendio del supermercado Ycuá Bolaños de Asunción, se habilitó en una parte -que fuera el estacionamiento del establecimiento siniestrado- un memorial para las víctimas.
El improvisado pequeño museo alberga no solo fotografías de los sucesos de aquella mañana de agosto y retratos de las víctimas, sino también algunos objetos que ilustran de forma imborrable el horror del suceso.
Carritos de supermercado destrozados, unidos entre sí de forma surreal por las llamas, vigas dobladas, parcialmente derretidas, recipientes de productos a la venta en el supermercado rescatados de entre las cenizas, vestimentas y zapatos forman parte de la exhibición.
Durante los años que han pasado este memorial y la pequeña capilla establecida allí han recibido a innumerables personas que fueron a conocer de cerca los detalles de la catástrofe más letal ocurrida en Paraguay en tiempos de paz.
Sin embargo, desde hace años la Coordinadora de Víctimas del Ycuá Bolaños tiene la intención de convertir todo el predio del supermercado siniestrado en un centro cultural dedicado a la memoria de los fallecidos.
La intención es que el mismo incluya un santuario religioso y un museo más amplio para la exhibición de las fotografías y los objetos rescatados en el supermercado. Además se espera incluir un área verde para esparcimiento, y que además pueda ser utilizado por bomberos para tareas de entrenamiento.
Sin embargo, el proyecto continúa en un desafortunado “limbo” legal.
El terreno del supermercado ya fue expropiado por el Estado paraguayo en 2010, aunque existe un juicio de fijación de precio aún sin concluir, entre la Procuraduría General de la República y Juan Pío Paiva, en su carácter de accionista principal del exsupermercado. Solo una vez que ese juicio concluya se podrá dar el siguiente paso.
Ese siguiente paso sería el traslado del dominio del terreno a la Secretaría Nacional de Cultura, para que finalmente se pueda poner en marcha el proyecto de los familiares de las víctimas.