Mi mamá, mi familia

Ella es mamá y papá al mismo tiempo; hacía muchos años que no nos veíamos, ya que yo estaba en nuestro país y ella acá, pero al fin pudimos reunirnos después de tantos años sin vernos. He aprendido que la distancia ha hecho más fuertes nuestros lazos, quizás porque solo aprendemos a valorar las personas que queremos cuando sentimos su ausencia.

Por eso, hoy siento que la amo más que cuando estaba muy lejos de ella. Hoy aprecio lo que día a día me das, porque sé que estás ahí siempre que te necesito. Muchas veces sentí estremecerme al ver sus ojos brillar de amor, pues su silencio era más elocuente que mil palabras.

A través de ellos, siempre escuché los mil 'te amo' callados, y aunque sus labios se sellaban para impedir dejar volar tantas palabras que quisiste expresar, ahora te digo que no eran necesarias, pues siempre he sabido de tu gran amor siempre presente.

Cuántas veces mi mamá, en mis momentos de angustia, simplemente pasaba su mano por mi cabeza, sin mediar palabras, para con ellas contagiarme de paz y tranquilidad.

Siempre lo logro, sí, muchas veces sentí a través de ellas que todo se disipaba lentamente mientras solo sentía amor que se expandía mágicamente hacía mí.

Quién como ella puede sentir cuando mis palabras expresan algo más que un saludo, que seguidamente ella acompaña de un "¿Que te pasa mija?", sin que pueda evadir contarte lo que ella sabe con solo escucharme.

Quién mejor que ella para escucharme casi siempre sin mediar palabras, finalizando siempre con "Todo va a estar bien mijita, ya verás, todo pasará", transmitiendo con esas palabras la fortaleza, tranquilidad y la certeza de que ya todo esta bien.

Hoy quiero agradecerle a mi mama , no porque me dio todo lo que necesitaba, sino porque me enseñó a valorar lo que tenía.

No porque me llenó de palabritas bonitas, sino porque me enseñó a ver en cada sonrisa, en cada mirada, en cada palabra, el amor implícito en cada una de ellas.

No porque lloró conmigo en mis momentos difíciles sino porque me enseñó que mas allá del llanto se necesitan soluciones.

No porque ocultó mis errores, sino por enseñó a reconocerlos y enmendarlos.

No porque ella resolvió mis problemas, sino porque me enseñó la responsabilidad de que la solución era solo mía.

Gracias a mi mamá, porque gracias a su ejemplo aprendí que el trabajo no es un castigo sino una bendición.

Gracias a ella aprendí que los hijos no son de nuestra propiedad, que un día ellos necesitan hacer su vida, y no por ello se deja de ser... madres.

Una vez más quiero decirle que la amo, no por ser un hoy un día especial, sino porque así lo he sentido todos los días de mi vida, y lo seguiré sintiendo mas allá de la eternidad, porque solo con ella aprendí que Mamá se escribe con A de Amor.

¡Te amo, mami! Tu hija Rosy Urquiaga