Diez minutos bastan

En 2013 nuestro país sufrió una de las peores epidemias de dengue en toda su historia, causando decenas de muertos y la internación de miles de personas. Cuando la situación parecía estabilizarse se sumó una nueva preocupación tanto para la población como para las autoridades sanitarias: la chikunguña, transmitida también por el mosquito portador del dengue.

Para las autoridades sanitarias el verdadero peligro no tiene que ver con la enfermedad en sí, sino con la falta de interés ciudadano en la eliminación de criaderos, más aún cuando se trata de la forma más efectiva de prevención. Los organismos sanitarios no cuentan con personal suficiente para cubrir las áreas de influencia de la enfermedad que actualmente abarca Asunción y parte del Departamento Central.

En reiteradas ocasiones se insistió que el agua servida sirve como principal foco de reproducción de las larvas que luego se convierten en mosquitos. Sin embargo con cada minga nuevamente se observan elementos con aguas servidas, específicamente cubiertas, botellas entre otros en las viviendas. A esto se suma el problema de las propiedades privadas convertidas en baldíos. Además, considerando las lluvias de febrero la limpieza comienza de cero.

Las brigadas de Senepa se limitan a concienciar a los propietarios sobre la importancia de mantener sus hogares libres de criaderos y realiza el bloqueo por medio de la fumigación que solo sirve para eliminar al mosquito adulto, por otro lado están atados de pies y manos cuando se trata de baldíos ya que se trata de una área de competencia municipal.

Con solo dedicar diez minutos diarios de atención al hogar se puede dar un gran paso en la prevención además de facilitar el trabajo a las brigadas de fumigación que vienen luchando contra el mosquito transmisor desde hace 15 años.  

El primer caso confirmado de chikunguña en nuestro país data de junio de 2014 en una mujer que retornó de Centroamérica de donde contrajo la enfermedad, lo que corresponde a la categoría de casos importados. Ya en el presente año se reportaron los primeros casos autóctonos, es decir personas que contrajeron el virus dentro del territorio nacional.

Si bien la chikunguña tiene una tasa de mortalidad notoriamente inferior a la del dengue, afecta severamente a las personas que lo padecen, especialmente con dolores articulares y musculares severos, además de alteraciones de la piel y cuadros febriles por arriba de los 39 grados. Por tratarse de una enfermedad relativamente nueva, toda la población está expuesta.

Una persona que contrajo la enfermedad se expone incluso a la invalidez y por consecuencia la pérdida de su productividad laboral. Según datos del Ministerio de existen 129 casos de chikunguña, registrados por dicha cartera, de los cuales 79 fueron confirmados por laboratorio y los demás por nexo epidemiológico.