El Centro Educativo de Itauguá no es seguro

En el Centro Educativo de Itauguá se dieron dos motines que dejó como saldo cuatro internos muertos en menos de cuatro meses. Ambos hechos demostraron que dentro del reclusorio no se tiene un protocolo de acción para estas situaciones.

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La inseguridad que reina dentro del recinto asentado en la ciudad de Itauguá ya se cobró cuatro vidas de los internos en menos de cuatro meses.

El 21 de abril pasado, los guardias de seguridad Ignacio Franco Fernández y Juan Carlos Saucedo Jara, abrieron fuego contra los internos en medio de un motín y mataron de varios disparos a Francisco Daniel Insfrán (16) y a Néstor Javier Duarte (16). En medio de la revuelta, además de las muertes, también hubo un menor fugado.

El pasado 1 de agosto el Centro Educativo fue noticia de nuevo ya que una pelea entre dos bandos de internos se registró a las 16:00 aproximadamente. Hubo varios heridos, algunos de gravedad. Cuando parecía que la situación fue controlada, al caer la noche se registró otro incidente en el que los presos trataron de escapar.

En medio del motín dos menores treparon las alambradas, pero las mismas estaban electrificadas y fallecieron al recibir la descarga. En medio del tumulto siete menores lograron escapar.

El protocolo para casos de amotinamiento que se tiene en todas las cárceles, al parecer en el Centro Educativo solo existe en la teoría.

Según Juan Velázquez, representante de los guardiacárceles, en los centros penitenciarios el protocolo existe “solo en los cajones” porque nunca se instruyó a los guardiacárceles sobre ello.

Tal vez acá radique la explicación de por qué los motines que se dan en las cárceles y especialmente en el Centro Educativo de Itauguá son tan violentos y tienen su saldo de fallecidos.

Esta situación de violencia tan repetitiva demuestra que los controles y el seguridad del Centro Educativo es endeble y no es una cárcel segura.

Si no se toman las medidas correctivas podría darse otra vez un hecho como el que ocurrió en la década de los 90' con el correccional de menores Panchito López, donde tras un motín murieron en un incendio una gran cantidad de presos que incendiaron sus colchones.

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