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Hace tres años, el Real Madrid puso sus ojos en el centro socioeducativo Casa Virgen de Caacupé (Cavica), ubicado en la Compañía Cañadita de Itauguá, que es un albergue para menores infractores reconocido por el Ministerio de Justicia.
En Cavica reciben a menores que están en los centros educativos y los ponen en un proyecto de dos años de duración en que se trabaja en forma integral por su reinserción a la sociedad. El método utilizado tiene un éxito casi infalible, ya que desde que se inició en 1999 pasaron por el lugar 200 menores y solo dos volvieron a reincidir en delitos. Y muchos volvieron al lugar, pero para ayudar a otros internos.
En unas 5 hectáreas, Cavica cimentó un proyecto que es liderado por Pedro Samaniego, quien viene trabajando desde hace 20 años con menores en su reinserción. Con cooperación extranjera y nacional, el proyecto camina a paso de hormiga, pero con resultados fantásticos y demostrando que solo con un plan bien enfocado se puede sacar a los jóvenes del camino de la delincuencia.
Fue exactamente la forma seria y responsable en que trabajan en la Casa Virgen de Caacupé lo que llamó la atención a gente del Real Madrid, que a través de otras personas llegaron a conocer el sitio y su propósito. Fue así que el club español decidió apoyar económicamente a la Casa y lo hizo en el campo del deporte. Hay un equipo de profesionales que enseña fútbol pagado por el Real Madrid.
“Acá, el motor que mueve a los menores es el fútbol. Actualmente, la escuela está abierta para todos los jóvenes de la comunidad, no solo para nuestros internos. Actualmente, contamos con 138 personas que vienen a practicar”, señaló Pedro Samaniego.
Tal vez el gesto más destacado del Real Madrid es que el aporte que hacen es totalmente desinteresado, ya que no hay un contrato para fichar a futuros atletas, si por una de esas sale un crack de esta escuela. “Los del Madrid no tienen interés en llevarse a jugadores de acá, no hay contrato de ninguna clase. Ellos solo aportaron el dinero para fomentar el deporte y nada más”, aclaró Samaniego.
Esta acotación la hizo debido a que es sabido que los grandes clubes suelen aportar dinero y crear escuelas de fútbol en diferentes partes del mundo con la intención de captar a futuras estrellas. Sin embargo, en Cavica, los ojos de la Casa Blanca no tienen ese fin.