En Semana Santa también se cuida la alimentación

La Semana Santa suele ser un encuentro de familia y amigos para compartir los motivos religiosos o simplemente para poder ver a los seres queridos. La comida es el centro de las reuniones, pero es importante es no abusar y cuidar lo que comemos.

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El Ministerio de Salud advirtió que uno de los principales problemas que aumentan en el ámbito de la salud durante los días santos son las patologías digestivas, como consecuencia de no cuidar o abusar con la comida.

Otro problema en este tipo de feriados es el consumo descontrolado del alcohol, que no solamente predispone a padecer con el tiempo enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes entre otras que últimamente están en aumento, según lo dio a conocer la propia cartera de salud.

Por eso es muy importante seguir algunas pautas de cuidado. No se trata de dejar de comer sino de hacer una buena combinación de alimentos y en proporciones correctas, explica la licenciada en nutrición, Jenny Barrios.

Buena combinación: Es importante no llenar el plato solamente con hidratos de carbono, mezclando por ejemplo ensalada de papa, con chipa guasu, mandioca y carne. Se debería ingerir la carne, el pollo o el pescado con una de esas guarniciones.

Ensaladas frescas: Es sumamente importante que en la mesa haya ensaladas frescas, coloridas de modo a que sean atractivas a la vista y que estas ensaladas acompañen las comidas principales.

Carne magra: Lo más recomendable es consumir carne magra o al menos sin grasa visible, de modo a equilibrarla con las guarniciones.

Desayuno y merienda: Para estas ocasiones se puede comer la chipa, que tradicionalmente se consume en los días santos. Lo importante es comer una unidad en cada ocasión y no picotear durante todo el día, ya sea chipa, sopa o cualquiera de los otros alimentos tradicionales de Paraguay.

Postres: Lo ideal es evitar los postres preparados con azúcar, pero si se ya se preparó alguno, entonces controlar la porción; que debe ser pequeña.

Bebidas alcohólicas: Si se va a consumir, debe ser con moderación, ya que las bebidas alcohólicas predisponen a padecer enfermedades cardiovasculares.

Agua: Es muy importante distribuir el consumo del agua a lo largo del día, entre la mañana, la tarde y la noche, porque a veces la gente olvida tomar agua y busca reponer al final del día todo lo que no consumió en la jornada, lo cual no sirve.

A partir de los cinco años ya no es necesario sobrecargar de comidas con grasa a un niño, sino se debe otorgarle una alimentación equilibrada, dice Barrios.

Sin embargo, como con los niños es más difícil seguir las costumbres, se pueden hacer concesiones siempre y cuando sean en proporciones correctas.

Barrios explica que hoy en día se está formando una nueva cultura de la interconsulta, es decir que los médicos, especialmente los clínicos, endocrinólogos y cardiólogos, derivan a los pacientes con los nutricionistas para seguir un plan alimentario sano.

Esto se debe a que muchas enfermedades crónicas como ya lo mencionamos más arriba, guardan relación con los malos hábitos alimentarios.

La licenciada explica que existen algunos creencias que deben ser desmitificadas respecto a la consulta con un nutricionista, como que la persona deberá comer algunos alimentos aunque no le gusten. Lo ideal es que el profesional durante la consulta pregunte todo lo que le gusta y no le gusta al paciente y de acuerdo a eso se prepara un plan.

Tampoco se debe pasar hambre, si esto ocurre significa que no se están cubriendo las necesidades de la persona con el plan que sigue. 

El precio es otro punto. Los precios de las consultas son razonables, dice Barrios. La profesional hace hincapié en lo importante que sería que los seguros médicos apoyen la labor de los nutricionistas, porque actualmente la gran mayoría de los seguros médicos no cubren las consultas con nutricionistas o cubren solamente una parte.

Los seguros deberían incluir dentro de sus planes las consultas con los profesionales de la nutrición, pues la mejoría de muchas enfermedades dependen en gran medida de que el paciente aprenda a cuidarse y comer saludablemente.

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