Familias acogedoras, una oportunidad de desarrollo

Familias acogedoras se denomina a aquellas que abren las puertas de sus hogares a niños que han sido abandonados por sus padres o separados de los mismos por motivos especiales, y que necesitan del vínculo familiar para desarrollarse correctamente.

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Esta metodología llega al Paraguay en el 2003 y se convierte en una oportunidad para que los niños puedan desarrollarse en el seno de una familia, pese a no tener vínculos de sangre.

Tres entidades, dos organizaciones y un ente estatal, trabajan de manera coordinada para llevar a cabo un programa al cual se denominó Red de Acogimiento Familiar en Paraguay. Se trata de una alternativa válida para ayudar a que niños abandonados o de familias conflictivas puedan acceder a un hogar donde reciban cariño, atención y, por supuesto, amor.

Este programa se inicia en el 2003 de la mano de la organización Corazones por la Infancia y luego se extiende a la organización Enfoqueniñez y el Centro de Adopciones. Consiste en ubicar a los menores de cero a 4 años a cargo de familias temporales quienes aceptan realizar un acto altruista de ofrecer el calor de un hogar a ese niño. No se trata de darlos en adopción ya que eso lleva otro proceso, sino en buscarle una familia que esté dispuesta a darles el cariño que se le fue negado o nunca tuvo.

“Las familias acogedoras es una alternativa de solucion válida para el tema de los hogares de abrigo en las instituciones, en el 2010 Corazones por la Infancia hizo un estudio de visibilización y se encontró que en Paraguay hay 800 niños institucionalizados y es un número muy grande y significativo con las consecuencias que trae la institucionalización en los niños”, comenta Fabiola Barrios de la organización.

La trabajadora social de Corazones por la Infancia menciona hasta puede afectar a un niño en su desarrollo el hecho que no crezca en el seno de una familia, consecuencias que van desde los problemas sicológicos hasta los problemas cognitivos.

Fabiola cita un estudio realizado por el Hospital Infantil de Boston que concluye en que la privación social del niño provoca una disminución en la materia gris y blanca del cerebro de los mismos. Aclaran que ese problema también ocurre en niños expuestos a diferentes tipos de abusos.

“Las resonancias magnéticas realizadas muestran una disminución de la materia gris y blanca en el cerebro de niños internados en instituciones, revela que la negligencia psicológica y física produce cambios mensurables en el cerebro de estos niños”, indica el estudio científico.

Dicha investigación, se llevó a cabo en niños de orfanatorios de Rumania, y demostraron además que la convivencia de los mismos en hogares de acogida temporales ayuda a revertir esa disminución cognitiva.

“La exposición a la adversidad en la niñez tiene un efecto negativo sobre el desarrollo cerebral. Las implicaciones son muy amplias, no solo para los niños internados en instituciones, sino también para los niños expuestos al abuso, el abandono, la violencia, la pobreza extrema, y otras adversidades”, concluye el estudio.

La Unicef indica que por lo menos, 8 millones de niños viven en ambientes institucionales expuestos a graves negligencias psicológicas y físicas. En la mayoría de los ámbitos institucionales, la atención de los cuidadores a los niños es baja, y se encuentra altamente regimentada.

En el Paraguay existen alrededor de 70 instituciones de cuidados alternativos como lo denominó la licenciada Irina Villalba, directora del departamento encargado de fiscalizar, verificar y autorizar el funcionamiento de los mismos.

La funcionaria explica que del total de instituciones registradas hasta diciembre del 2011, tres son públicas y son: el Abrigo Municipal, dependiente de la Comuna; Quinta Mitai de Ñemby y Ara Pyahu, ambos dependientes del Ministerio de Justicia y Trabajo; y el Abrigo del Este, gestionado por la Municipalidad esteña.

Otros tres forman parte del programa de acogimiento familiar que son Enfoqueniñez, Corazones por la Infancia y el Centro de Adopciones, este último también público, que desde el 2009 dejó de contar con un albergue para trabajar con el mecanismo de acogimiento.

El resto, los 63 albergues privados se encuentran diseminados por Asunción y Gran Asunción, Alto Paraná e Itapúa, entre otros lugares. En los mismos viven niños que fueron apartados de sus padres mediante una orden judicial.

Villaba aclara que también se encuentran los internados, registrándose solo en Boquerón 19 lugares donde los niños, niñas y adolescentes son inscriptos por sus padres para recibir educación. Estos lugares, no figuran en la lista de albergues, puesto que los menores son ingresados no por una orden judicial, sino por voluntad de los padres.

“Los niños van, quedan internados y no reciben la visita de los padres, solo los fines de semana, y en los tiempo de inundación los caminos se vuelve intrasitables, entonces se alejan del vínculo familiar. Nuestra intención es que trabajen en el manteinimento del vinculo con la familia, y la posiblidad de explorar otros mecanimos de educación. Hay internados en Presidente Hayes y Mcal Estigarribia que no están cifrados, y la población en Boquerón de niños, niñas y adolescentes internados es de unos 1.500”, explicó.

La metodología se debe a que en el Chaco existe amplias distancias para recorrer, caminos difíciles de acceder, entre otras limitaciones, lo  que obliga a los padres a internar a sus hijos en un lugar donde puedan recibir educación. Esto no ocurre con aquellos que viven en las zonas urbanas y alrededores.

En la Región Oriental también existen internados que funcionan de la misma manera, donde se pueden encontrar bebés y adolescentes que son retirados por sus padres cada noche o cada fin de semana, dependiendo de la situación de cada familia.

Se calcula que los niños en Paraguay que se encuentran bajo cuidado alternativo, sin incluir los internados, suman alrededor de 2.000, de los cuales, no todos fueron separados de sus padres por una orden judicial.

Desde el 2009 el Centro de Adopciones decidió implementar el mecanismo de familias acogedoras, indicó la secretaría general y coordinadora del Área Jurídica del centro, Virginia Otañon. Explicó que el ente trabaja con niños susceptibles a la adopción, los cuales son declarados como tales por el Juzgado de la Niñez de la zona.

“Teníamos un hogarcito, pero se cerró y cambiamos por la modalidad del acogimiento familiar, desde el 2009, tenemos familias normales que tiene un buen corazón y prestan un servicio a la comunidad brindándole toda la atención que necesita el niño como si fuera hijo propio”, dijo.

Otañon explica que apenas toman conocimiento de algún niño abandonado o separado de su familia los reciben en el centro y los envían al hogar Ara Pyahu, donde reciben atención especializada por un periodo de tiempo, mientras se buscar reinsertarlos a su familia biológica o caso contrario se busca una familia adoptiva.

Como el proceso lleva su tiempo, el Centro de Adopciones, busca una familia predispuesta a recibir al menor en el seno de su familia, como un integrantes más, a fin de que el mismo reciba toda la atención que debe recibir en los primeros años de vida para un normal desarrollo humano.

En caso de que no se pueda devolver al niño a su familia biológica, se realiza el trámite para la pérdida de la patria potestad y se declara al niño en estado de adopción por el Juzgado de la Niñez. A partir de allí se realiza la gestión para ubicar al niño en una familia adoptiva, eligiendose a los candidatos de una lista de postulantes a quienes se les somete a una fiscalización y verificación.

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