La rehabilitación es posible

Los pacientes por alcoholismo y adicción a las drogas cuentan con una alternativa a donde acudir para ser asistidos. Un centro de rehabilitación ubicado en el barrio San Pablo de Asunción es una ayuda para quienes deciden una desintoxicación efectiva.

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La clínica de la Asociación para la Prevención y Rehabilitación del enfermo alcohólico es una organización no gubernamental que funciona desde el 7 de abril de 1989 en un predio del Ministerio de Salud, ubicado a lado del hospital Materno Infantil del barrio San Pablo.

Su director, Norberto Jiménez, nos abrió las puertas del centro para contarnos el método utilizado para la rehabilitación de los pacientes por alcoholismo y adicción a las drogas.

El paciente que ingresa al centro debe realizarlo por decisión propia además de contar con criterios médicos que permitan la internación. El periodo de desintoxicación es de 20 días como mínimo con internación en el lugar.

Tras los días de desintoxicación el paciente pasa por una inspección siquiátrica, donde se dictamina el tiempo del tratamiento. La política del servicio de asistencia es de puertas abiertas lo que significa que el internado puede retirarse al finalizar el primer periodo y luego efectuar una atención ambulatoria en la clínica, explicó Jiménez.

El tratamiento de los pacientes tiene cuatro ejes que son la evaluación y admisión, el diagnóstico, el tratamiento y seguimiento de los casos.

Aquellas personas enfermas que permanecen en la clínica tienen una rutina que seguir, como por ejemplo participar de los grupos de ayuda grupal que brinda el centro todos los días por la mañana.

Otro de los aspectos de dicho programa es el servicio de asistencia al paciente de manera personal y también familiar con el fin de potenciar ambos esfuerzos para la recuperación de la persona enferma por alcoholismo o adicción a las drogas.

Actualmente el centro cuenta con 15 pacientes todos hombres de los cuales 11 son tratados por alcoholismo y cuatro por adicción a las drogas, principalmente crack.

Un detalle que destacó el director del centro es que el 80% de los pacientes asistidos por casos de alcoholismo provienen del interior de Paraguay.

Los pacientes que asisten en la clínica en relación a los casos de alcoholismo en su mayoría son hombres de entre 23 a 45 años y en el caso de los pacientes por adicción de drogas generalmente son adolescentes de entre 17 a 19 años.

Cuando un joven menor de edad pretende ingresar al centro de rehabilitación es necesario una orden judicial donde el paciente tiene la autorización de los padres a permanecer en el lugar.

Asistencia integral del centro

La clínica de la Asociación para la Prevención y Rehabilitación del enfermo alcohólico (APREA) cuenta con un plantel de profesionales capacitados para la atención de los pacientes que recibe el centro.

El responsable de la institución manifestó que cuentan con dos médicos clínicos, tres psicólogos, dos siquiatras, cuatro enfermeras, dos consultores en alcoholismo, una trabajadora social y dos especialistas en terapia grupal.

Todos cumplen horarios durante la semana para asistir a todos los pacientes internados en el centro de rehabilitación.

Don Jiménez lamentó que el Estado recortó la ayuda para el centro ya que es difícil cubrir los sueldos de los profesionales.

El presupuesto que el Estado le otorgaba fue hasta noviembre del año pasado y desde este año ya no lo reciben.

“El centro de rehabilitación cumplió 23 años el pasado 7 de abril y a pesar de no tener ayuda del Estado sigue funcionando sin ningún problema”, afirmó Norberto Jiménez de manera orgullosa de continuar su labor.

Experiencias

Uno de los internados es un joven de 26 años quien admitió que tuvo problemas con el alcohol y la cocaína. Criticó la falta de educación por parte del Estado en relación a la prevención y cuidado de enfermos por estas causas.

“Falta mayor ayuda por parte del Estado que debe intervenir más. Se debe educar más a la gente, porque la gente discrimina a un drogadicto y la drogadicción no es para discriminar, es una enfermedad incurable. Es una enfermedad que se puede tratar pero que no se apaga, que se calma. Para eso uno sigue todos los grupos que existen como Narcóticos Anónimos (NA) o Alcohólicos Anónimos (AA). Entonces yo diría que para que tenga un mayor alcance de educación es que los padres deben inculcarle a sus hijos, no solo sobre los daños que le pueden causar las drogas sino cómo prevenir”.

Por su parte José Guillermo de 31 años agradeció la atención que le brinda el centro de rehabilitación. Admitió que consumió marihuana, cocaína y últimamente crack. Gracias a su hermano permanece en el lugar. Al finalizar su tratamiento pretende conseguir trabajo para ayudar a su hija.

Estas solo algunas de las experiencias de personas que ingresaron a un mundo del que se puede salir con ayuda de familiares, amigos, pero sobre todo con la autodeterminación de querer dejar ese mundo de adicciones que causa daño al adicto como a su entorno.

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