Las víctimas indirectas de la violencia de género

La violencia de género no afecta solo a las mujeres, que son las principales protagonistas de historias que muchas veces terminan con sangre, sino que tiene una serie de consecuencias y víctimas indirectas, como los hijos, hermanos y padres de la víctima.

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Un padre mató a su hijo de cinco años, asfixiándolo y lo dejó tirado en un descampado, tapado con una toalla; después llamó a la madre, su exmujer, para contarle lo que había hecho y darle las coordenadas de donde podía encontrar a su hijo. Es el caso de Jesús, un caso que ha tenido una enorme repercusión por tratarse de un niño de solo cinco años, sin embargo, este suceso al que la sociedad asiste con horror, no es el primero en que una persona muere de forma indirecta a raíz de la violencia de género.

A Jesús lo mató su padre con la intención de "castigar" a su exmujer, porque esta se atrevió a separarse de él. Los casos como el de Jesús se han venido repitiendo y aparentemente con mayor frecuencia en los últimos años. Solo un día antes del asesinato de Jesús, un hombre mató a su suegra e hirió a su expareja y a su hijastro, solo después de unas horas que un juzgado dictaminó la exclusión del hogar del hombre por violencia contra su pareja.

En el 2013, un joven de 20 años mató a su suegra y a su expareja, luego de que esta consiguiera una orden de restricción en su contra por hechos de violencia. El año anterior, el 2012, un hecho similar ocurrió en Paraguarí, cuando un joven de 19 años mató a su expareja, a su exsuegra y excuñado porque lo habían denunciado y obtenido una orden de restricción. En 2009 un hombre mató a su hija de 3 años, a su exsuegra y excuñada que era solo una adolescente, para "vengarse" de su expareja, quien había iniciado supuestamente una relación sentimental con otra persona cuando él viajó a España.

Estos son solo algunos de los casos más llamativos que ocurrieron los últimos años, en los que se observa con claridad cómo la violencia de género se extiende a todos los miembros de la familia.

Días atrás la Policía Nacional confirmó que los homicidios dolosos derivados de violencia intrafamiliar o social, aumentaron en relación a los homicidios derivados por ejemplo de la violencia criminal, es decir cuando alguien es asaltado y muere en ese hecho, asesinado por el delincuente.

Según dijo la comisaria Elisa Ledesma, jefa de Relaciones Públicas de la Policía, hasta el 17 de marzo hubo 17 casos de homicidios dolosos en todo el país, de los cuales, solamente un caso, correspondía a un crimen consecuencia de un asalto; luego la mayoría eran consecuencia de ronda de tragos entre amigos, violencia intrafamiliar entre otros. Además dijo que el alcohol y la droga, fueron factores determinantes en varios de los casos.

¿Por qué matan a los familiares? "La violencia de género que culmina con hechos violentos en contra de familiares de la víctima, tiene que ver justamente con la intención del victimario de dañar aquello más querido que muchas veces es el hijo, o es la madre o el hermano y eso no es que se da en un arranque de furia del momento, sino que probablemente ya deriva de una cuestión planificada, donde lo que se busca era como decía, es dañar lo más querido", explica la abogada Diana Vargas Núñez, especialista en temas de violencia.

Esta situación se da, señala, porque el agresor -generalmente el hombre- se "apropia" de su pareja y cuando comienza a perder el control, es decir cuando la víctima reacciona y logra pedir ayuda, entonces comienza a buscar maneras de recuperar ese control y una de las formas es dañar, no solo físicamente sino a nivel emocional a la víctima, y una de las formas es dañar a la familia.

Vargas Núñez señala que no se debe perder de vista que esto se da porque existe una relación de poder, de sometimiento, y que no se trata de un problema pasional. Recuerda que usualmente desde el inicio de la relación aparecen "los códigos" de poder, cuando se da por ejemplo un control de con quién puede o no relacionarse la pareja, si puede trabajar o no, si puede o hablar por teléfono y eso va escalando niveles hasta llegar a hechos como los detallados más arriba.

La abogada señaló los niveles de violencia a los que estamos asistiendo, deben alertarnos como sociedad, porque se trata de un problema de salud pública, un problema en materia educativa y en materia de seguridad ciudadana. 

¿Qué mensajes envían estos hechos de violencia? El mensaje para los niños es uno, le estamos diciendo que los adultos estamos "resolviendo" los problemas de modo violento, le decimos que no encontramos formas de resolución pacífica, y lo que puede ocurrir es que los niños repliquen la violencia. El otro mensaje igual de preocupante es el de la impunidad, porque si un agresor siente que puede cometer ese hecho una dos o diez veces y que la mano de la justicia no va a ser dura contra él, lo va a seguir haciendo, y ese es claramente el mensaje que estamos enviando, dijo la profesional.

Dijo que si bien endurecer el marco penal no elimina el problema, es importante tener en cuenta que el bajo número de condenas o las condenas muy leves, denotan qué es lo que el Estado Paraguayo está protegiendo, cuando por ejemplo se castiga con penas más duras al abigeato que al maltrato hacia niños, entonces cuál es el bien jurídico que mejor protegemos, se pregunta.

Criticó además el hecho de que la carga de los trámites legales e incluso de protección quedan sobre la víctima, por ejemplo en muchos casos son ellas las que hacen entrega de la orden de exlusión del hogar a su agresor. Según la abogada, las instituciones encargadas de velar por la integridad de estas mujeres, no se mueven al tiempo de la realidad.

Señaló que las respuestas del Estado no deben darse solamente a nivel penal, sino a nivel de salud, porque alguien debe encargarse de restablecer los vínculos de una familia que queda desmembrada tras un hecho trágico como los ocurridos, alguien debe asegurarse de atender la salud mental de estas personas y el ayudarles a continuar con sus vidas.

¿Cómo abordar el problema? “Si desde el ámbito de políticas públicas sobre todo de salud y educación, no abordamos fuertemente el machismo y las relaciones de sometimiento entre el hombre y la mujer, los códigos de relacionamientos más igualitarios en la familia, vamos a simplemente entrar en un círculo, donde por un lado queremos más mano dura con la violencia familiar o de género, y corremos el riesgo de creer que solamente el sistema penal va a resolver el problema social, entonces hay que darle las dos dimensiones, por un lado es un problema de inseguridad que tiene que ser abordado para evitar la impunidad, pero también y sobre todo tiene que ser un problema abordado desde las políticas públicas de educación y de salud sobre todo”, dijo Vargas Núñez.

Dónde denunciar hechos de violencia contra la mujer

Si sos víctima o tenés conocimiento de un caso de violencia contra la mujer llamá al 137 “SOS mujer”. Tiene cobertura nacional las 24 horas, todos los días, y es gratuita.

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