No próximamente: “Big Game”

Samuel L. Jackson y una joven revelación de Finlandia protagonizan este modesto pero entretenido filme de acción.

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Muchas veces, una película no necesita un argumento complejo, diálogos profundos, comentarios sociales, grandes despliegues de espectáculo o ni un elenco protagonista compuesto exclusivamente prestigiosos actores. Simplemente necesita saber lo que quiere lograr y poner el mayor empeño en lograr ese objetivo.

Aún para los estándares del género del cine de acción, Big Game no tiene demasiada profundidad, no arropa un mensaje político o social con su acción, y la acción que tiene no es revolucionariamente espectacular ni particularmente abundante. Pero Big Game simplemente quiere entretener, y enfoca toda la destreza de su director y la calidad del trabajo de su elenco encabezado por un inimitable veterano de Hollywood y una joven promesa de Finlandia para conseguirlo espléndidamente.

Al comenzar la película, el joven Oskari (Onni Tommila), de 13 años, se dispone a enfrentarse a un rito de madurez de su pueblo: como hiciera su padre décadas atrás, Oskari debe ir solo a los bosques montañosos y cazar lo que sea que el mismísimo bosque le tenga preparado.

Mientras tanto, en los cielos de Finlandia, el avión presidencial estadounidense lleva al presidente William Moore (Samuel L. Jackson) a Helsinki para una cumbre, pero un grupo de terroristas a sueldo en colaboración con uno de los más cercanos guardias del presidente, logran derribar el avión. El mandatario logra escapar con vida, pero se encuentra sin la ayuda de su dispositivo de seguridad, cazado por terroristas. Su única esperanza es nada menos que Oskari.

Como dije, la película en realidad no apuesta a la acción, que es esporádica, llega en cantidades económicas y, aunque ciertamente nunca deja de ser efectiva, tampoco tiene nada especialmente espectacular. Si la película tuviera que defenderse solo a base de su acción, probablemente no destacaría ni siquiera en un mundo pre Mad Max: Furia en el Camino.

Afortunadamente, el director Jalmari Helander decide centrarse en los personajes en el centro del embrollo, tejiendo con su guión una relación sencilla pero entrañable entre Oskari y el presidente Moore, que los actores venden sin problemas. El hombre al frente de la nación más poderosa del mundo repentinamente se ve indefenso, y un niño bajo la presión de vivir bajo el legado de un gran cazador a pesar de que ni siquiera puede tensar bien la cuerda de su arco repentinamente se encuentra ante una oportunidad de demostrar su valía.

Aunque Samuel L. Jackson se ha hecho de una reputación principalmente interpretando a personajes intensos y ostentosos que generalmente se roban las frases “badass” y/o son las personas más geniales en cada escena en las que están – esto se lo hace a nada menos que superhéroes en las películas de Marvel Studios –, aquí Jackson se pone en un plan más reservado y discreto. Su presidente es mucho menos propenso a patear traseros y decir frases geniales que otros machos alfa presidenciales como Harrison Ford en Avión Presidencial, Bill Pullman en Día de la Independencia o en menor medida Jamie Foxx en la muy buena El Ataque.

En vez de eso, Jackson y Helander permiten que el que brille sea el joven Tommila, cuyo cazador de 13 años hace un héroe de acción fascinante, vulnerable y claramente superado por la situación, pero inquebrantablemente determinado, como una especie de John McClane en plena pubertad.

El elenco se completa con algunas figuras de experiencia como Felicity Huffman, Ray Stevenson y el siempre bienvenido Jim Broadbent, cuyos roles básicamente se limitan a enmarcar – literal y figurativamente – la acción y llenar el argumento, aunque es un argumento de poca profundidad que nunca trata de ser más que un escaparate para las escenas. Nada de comentarios políticos o sociales, solo entretenimiento, y aunque filmes como Mad Max: Furia en el Camino o Dredd han probado que los filmes de acción pueden tener cerebro para acompañar sus explosiones, a veces un poco de diversión sin más pretensiones tampoco viene mal. En ese sentido, Big Game se siente un poco como un filme pequeño que alguien como Steven Spielberg haría para levantarse el ánimo luego de filmar algún complejo y emocionalmente devastador drama social como La Lista de Schindler o El Color Púrpura.

Si llega usted a sentirse con ganas de simplemente ser entretenido, Big Game es una película que apunta a hacer exactamente eso. Nada más, nada menos. Y lo hace muy bien.

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BIG GAME

Dirigida por Jalmari Helander

Escrita por Jalmari Helander

Producida por Will Clarke, Petri Jokiranta, Andy Mayson y Jens Meurer

Edición por Iikka Hesse

Dirección de fotografía por Mika Orasmaa

Banda sonora compuesta por Juri Seppä y Miska Seppä

Elenco: Onni Tommila, Samuel L. Jackson, Ray Stevenson, Mehmet Kurtulus, Jim Broadbent, Victor Garber, Felicity Huffman, Ted Levine, Risto Salmi y Jorma Tommila

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