No próximamente: “Boyhood”

Revolucionaria en la forma en que se produjo, filmándose a lo largo de 12 años, este filme de Richard Linklater prueba que incluso una mirada a una vida relativamente normal puede ser fascinante.

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Una pequeña aclaración antes de comenzar: “No próximamente” –que no es el mejor nombre del mundo para una columna semanal, y voy a ser el primero en admitirlo siempre- es una idea mía para poder reseñar y recomendar películas más allá de lo que llega a cines en Paraguay, que –salvo notables excepciones- se suele limitar a producciones de Hollywood de alto perfil, muchas veces pasando por alto interesantes productos que no llegan a las salas por carecer de estrellas o atractivo comercial o a veces por motivos más difíciles de comprender.

En ese contexto, quizá Boyhood no califique, en parte porque este filme está en camino a convertirse en uno de los protagonistas de la temporada de premiaciones, pero principalmente porque una distribuidora local ya anunció en redes sociales que el filme está entre los que planea estrenar próximamente, aunque sin una fecha concreta o aproximada. Por lo que, teniendo en cuenta que un anuncio de una distribuidora aquí dista mucho de un estreno confirmado, decidí hacer un poco de (posible) trampa esta vez.

Dicho eso, hablemos de Boyhood.

El nuevo filme de Richard Linklater, el celebrado director de películas como Antes del Amanecer y sus dos secuelas, y Escuela de Rock, entre otras. Se trata simplemente de doce años en la vida de un niño creciendo de forma algo incidentada pero relativamente normal, pasando la transición de la parte playa de la piscina que es la infancia a las aguas más profundas de la adolescencia y la puerta a la adultez.

Lo extraordinariamente ambicioso del proyecto no es tanto el qué, sino el cómo: Linklater y sus actores filmaron a lo largo de 12 años, con sus actores envejeciendo en “tiempo real” a medida que la historia avanza a través de los años. En ese sentido no es solo una historia bien contada, sino también una interesante radiografía de lo que fueron los últimos doce años, además de un fascinante hito nunca alcanzado en la historia del cine.

Extraordinariamente para una película que se ha estado gestando durante tanto tiempo –algo que suele ser perjudicial para la calidad de las películas- Boyhood tiene una coherencia impecable y se siente como una historia completa y homogénea en vez de parecer el monstruo de Frankenstein cinematográfico que podría haber resultado ser. La historia de Mason (Ellar Coltrane) y su familia fluye elegantemente por sus alegrías y tristezas, su confusión, sus idas y vueltas que como la vida misma parecen no ir a ningún lugar en especial, pero que merecen la pena solo por el recorrido.

En una escena, Mason le pregunta a su padre (Ethan Hawke) "¿cuál es el sentido de todo esto?", refiriéndose a la vida en general, a lo que su padre responde riendo que no tiene idea. Esa escena es la película resumida

Lo admirable es cómo Linkalter compone su historia sin artificios, tanto argumentales como estéticos. En vez de textos en pantalla para informarnos en qué año o lugar estamos en un momento dado, el director deja que la música y la cultura popular que rodea a Mason y los suyos nos dé la información. Yellow, de Coldplay, suena al principio, y escenas después un pequeño Mason mira Dragon Ball Z en la televisión; más adelante el protagonista y sus hermanos asisten al estreno de una de las películas de Harry Potter, o juegan con una Wii de Nintendo, o recorren calles llenas de carteles proselitistas de Barack Obama.

Como dije, esa falta de artificios se extiende también al guión: el filme tiene abundante drama, pero sin necesidad de establecer un conflicto o un villano específico. Al ser simplemente una mirada a una vida, sin mayores aditivos, los problemas normales de un niño o adolescente proveen el drama de la película, desde progenitores que abusan del alcohol hasta asuntos amorosos, pasando por cuestiones más profundas como la perspectiva de afrontar el futuro sin saber qué se quiere hacer con él.

Por supuesto, aún con todas sus virtudes en el apartado del guión, esta es una película que necesita críticamente de un elenco de actores capaces para tener éxito, y en ese aspecto Linklater también escogió sabiamente: Coltrane es un buen eje central como Mason, y como su padre Ethan Hawke da la que probablemente es una de sus mejores actuaciones, pero si alguien sobresale hasta el punto de merecer premios es Patricia Arquette como la sufrida pero determinada madre de la familia. Su última escena es una de esas que obligan a reflexionar.

Solo por su ambición,l Boyhood ya se merecería una recomendación, pero el hecho de que detrás de tal ambición hay una genuinamente fantástica historia convierte a esta película en algo imperdible.

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BOYHOOD

Dirigida por Richard Linklater

Escrita por Richard Linklater

Producida por Richard Linklater, Jonathan Sehring, John Sloss y Cathleen Sutherland

Edición por Sandra Adair

Dirección de fotografía por Lee Daniel y Shane F. Kelly

Elenco: Ellar Coltrane, Ethan Hawke, Patricia Arquette, Lorelei Linklater, Elijah Smith, Steven Prince, Marco Perella y Jamie Howard

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