Recibimiento de reyes

Un frágil deseo pasó a ser una muestra imponente de esfuerzo mancomunado de un grupo de hinchas de Olimpia. Los cuatro mosaicos fueron la muestra tangible de lo que el amor hacia un club puede lograr.

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Tras haber sido motivo de una casi estéril conversación en el seno de la comisión de socios William Paats, el mosaico del Club Olimpia terminó siendo una realidad que no solo quedó en una muestra, sino que fue mejorando y multiplicándose por cuatro.

“¿Cuándo vamos a hacer un recibimiento a nivel europeo?” fue la pregunta que dio inicio a una pócima de ideas entre amigos e hinchas del Decano. José Lezcano, uno de los artífices de la iniciativa, recordó el esfuerzo que realizaron para dar un recibimiento de reyes al tricampeón de América.

Lezcano explicó que, a través de Twitter, David Agüero de 18 años, inició una campaña masiva de captación de interesados para que la idea sea realidad. Gracias a la ayuda de gente con experiencia, de la misma comisión, lograron convocar a 52 personas.

Aparte de David y José, fueron protagonistas del mosaico Ramón Estigarribia, Miguel Ángel Martínez, Abel Ledesma, Ruth Solís, Renato Acuña, Jorge León, Óscar Ortiz, Carolina Lezcano y Gustavo Pereira, mejor conocido como Zenoura, exactamente una selección de 11 jugadores, con la mentalidad unificada de un “12”.

Faltaban 22 días para el partido de vuelta entre Olimpia y Tigre, por los Octavos de Final de la Copa Libertadores de América, y la convocatoria estaba hecha. Renato, cuyo padre es propietario de una imprenta, ofreció sus conocimientos en el ramo para calcular los costos de las cartulinas, los cortes y la cantidad.

Zenoura fue el fotógrafo de las pruebas y del mosaico final, mientras que Jorge daba señales desde el campo, gracias a su experiencia como funcionario de una firma de seguridad.

Uno de los más importantes, si no fue el más, según Lezcano, fue Óscar, el diseñador, funcionario bancario de mañana y proyectista en horario vespertino. Las bocetos se prepararon en el grupo y él los armaba, distribuyendo cada uno de los detalles gráficos de manera a que Carolina Lezcano, arquitecta, los pueda llevar al tamaño gigante.

El grupo se congregó a las 14:30 en el estadio Defensores del Chaco para, a las 15:00, ingresar y realizar las tareas específicas que se asignaba a cada uno de sus integrantes, todas coordinadas por Miguel.

“Estas personas que le habíamos convocado en el club conformaron el staff del mosaico. Les asignamos responsabilidades en cada uno de los sectores: ‘Esto tenés que hacer vos, vas a estar con él…'. Delegamos responsabilidades desde el primer mosaico”, señaló.

El primer mosaico tuvo problemas, fue lento y se inició mal ya que, en lugar de iniciar desde “adentro para afuera”, fue desde uno de los costados de la parte superior de la bandeja de plateas. Esta descoordinación fue corregida para el segundo mosaico.

Además, algunas personas tuvieron la responsabilidad de pegar las cintas y las cartulinas para el segundo mosaico, para el partido ante Fluminense. Un grupo se encargó de las cintas y otro de la cartulina. “Fuimos aprendiendo también”, reconoció Lezcano.

Otro problema fueron los niños. En ocasiones, había pequeños que no podían levantar la cartulina tan alta como los mayores, lo que hacía que el mosaico quede disparejo. En ese caso, los organizadores pedían a los padres que levanten el gráfico, de manera a que quede alineado.

La coordinación se realizaba desde abajo, a través de un intercomunicador y, gracias a la colaboración de la gente, el primer mosaico, se mostró imponente para la hora del inicio del partido.

En el segundo mosaico, el utilizado contra el “Flu”, fue difícil el escudo. Recuerda Lezcano que “fue un trabajo de negros” para lograr la imagen del escudo del Club.

El tercer diseño, contra Independiente de Santa Fe, cuando se implementó por primera vez el mosaico de 360 grados, Óscar logró combinar el diseño con la bandera, lo que era un desafío.

Para el cuarto, en la primera final ante Atlético Mineiro, los cambios radicaron principalmente en los colores, para lograr la cara del rey de copas.

El primer mosaico, que tuvo un costo de G. 4.000.000, se logró gracias a los aportes de los hinchas de la comisión y giros a través de empresas de telefonía. El segundo tuvo un costo similar y para el tercero, el de 360 grados, se invirtió entre G. 27 millones y G. 29 millones, gracias a una alianza con el Banco Visión, sponsor oficial del Club.

La alianza con la entidad bancaria permitió a los mentores del mosaico pasar un presupuesto para la adquisición de cartulina y las banderas de 5x45 que se desplegaron. El diseño recibió la colaboración de un artista argentino, que cobró un total de 24.800 pesos.

Olimpia tuvo un problema comercial con el Banco Visión. Gracias a las gestiones de la comisión y la iniciativa de los actuales dirigentes, el impasse fue subsanado y pudo ser posible la financiación del mosaico, dando la posibilidad a los hinchas de que se queden con sus cartulinas.

Finalmente, el cuarto mosaico costó casi G. 25.000.000. Si bien fueron utilizados más colores para el rostro del rey de copas, se reutilizaron las banderas confeccionadas en el anterior y, del total, se destinaron G. 10.000.000 para los fuegos artificiales, detonados desde el patio de un vecino del Defensores del Chaco, que gentilmente cedió espacio para la pirotecnia.

La misión fue cumplida: los cuatro mosaicos fueron del agrado de la hinchada y de muchos amantes del fútbol paraguayo. La repercusión internacional no se hizo esperar. La cuenta de Twitter mostró las imágenes, generando la admiración de los muy futboleros y de los “no tanto”.

Inclusive, Lezcano mencionó una comunicación informal con gente del Toluca de México, que se mostró interesada en replicar la iniciativa en el Nemesio Diez, estadio de los “Diablos Rojos”, con los mismos hacedores del mosaico franjeado.

“Nunca tuvimos ánimo lucrativo, todo fue por el amor al club. Se comunicaron con nosotros de clubes argentinos y nos preguntaban: '¿Cómo es que se organizan, qué se necesita, cómo hacen con el diseño?'. Incluso hubo gente que quiso entrar con nosotros al estadio, pero no teníamos autorización para hacerlo. No queríamos gente que represente una erogación al club”, dijo.

Sobre la posibilidad de repetir el mosaico en el torneo local, por lo menos en un Superclásico, Lezcano respondió que, para eso, la Asociación Paraguaya de Fútbol debe dar la localía real, para sumar al sector sur, plateas y parte de las preferencias.

Criticó la distribución de 50-50 en los clásicos, medida que, a su criterio, genera más violencia, porque los hinchas se encuentran en varios puntos en las inmediaciones del estadio.

Santiago Alvarenga es un olimpista que sufre de una enfermedad degenerativa. El joven se mantiene gracias a aparatos y solo puede mover los pies. Gracias a esta movilidad, puede comunicarse utilizando un mouse para escribir en una pantalla.

Santiago escribió una carta a los jugadores, que tenía la frase “entran 11, jugamos todos”. Esta oración, muy significativa no solo para los olimpistas, sino para los afectos al fútbol en general, grafica -palabra por palabra- el concepto de hinchada.

Lezcano terminó agradeciendo a la gente que hizo posible el mosaico. A los que apoyaron desde el inicio, al apoyo económico de algunos dirigentes y exdirigentes, a los que trabajaron en el estadio y a los hinchas que, finalmente, tuvieron la misión de levantar sus cartulinas.

El fútbol no es solo lo que se vive en la cancha, es un conglomerado de sentimientos, deseos, tensiones, nerviosismo y sabiduría. Pagar el precio de una entrada es un proceso que queda corto ante noches de desvelo y esfuerzo que se convierten una inusual y sorprendente “alfombra roja” para un rey, que busca su cuarta corona.

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