Regalos que liberan

En esta época del año en donde todos hacen un obsequio a un ser querido o se autoregala algo sería interesante apostar por la artesanía y si compramos de las ferias que se hacen en las cárceles del país además ayudamos al programa de reinserción social.

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Durante los fines de semana y los días de visita este diciembre, en casi todas las cárceles del país los reos realizan exposiciones de artesanía y en especial productos ornamentales, con motivos navideños para adornar hogares u oficinas y para ser regalados. La actividad se hace en el marco de la política de reinserción social y laboral del Ministerio de Justicia.

El director general de Establecimientos Penitenciarios, Julio Agüero, señaló que el trabajo es un derecho humano esencial, que cobra vital importancia para las personas privadas de su libertad, puesto que les permite el autosustento y la realización personal.

Explicó por ejemplo que los internos del penal de Ciudad del Este permanentemente elaboran trabajos en diferentes materiales, como termos forrados y bordados, guampas talladas en madera y cuerno de vaca, muebles de palets, muebles sobre medida, casitas de muñecas y casas para todo tipo de mascotas, conservadoras forradas de palets y maderas.

Además, los reos confeccionan cofres para joyas, bandejas de desayuno, morteros y utensilios de madera para el quincho y el asadero. También tejidos para hamacas, redes de pescar, atrapasueños, rosarios, manteles bordados y crochet, pintura en piedras y madera, cuadros de madera y veladores.

“El impulso al trabajo en los centros penitenciarios forma parte de los objetivos del Plan Estratégico Institucional del Ministerio de Justicia, alineados con estándares internacionales y las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos, conocidas como Reglas Nelson Mandela”, dijo Agüero.

En todas las cárceles del país se llevan adelante diferentes proyectos que tienen como objetivo brindar a los reos condenados un opción laboral para cuando purguen sus condenas. En ese sentido está el proyecto MUA que integran presos de la penitenciaria Padre de la Vega, La Esperanza, Tacumbú y el Buen Pastor. También en la cárcel de menores de Concepción se está trabajando en la elaboración de muebles que luego se venden en la ciudad.

En tanto que en Ciudad del Este desde el pasado 4 de diciembre se realiza una exposición de artículos navideños con precios muy accesibles para regalar en estas fiestas de fin de año.

Al respecto, el director del penal de Cuidad del Este, Cristian González, explicó que la feria navideña se inició el pasado 4 de diciembre y los trabajos se realizan en el marco de la ley de ejecución penal que beneficia a los internos en informes de conductas.

“Todos los días, unos 150 internos trabajan seis horas diarias en la elaboración de los productos. Para ello cuentan con un pabellón con taller de carpintería, costura y manualidades en general. Los trabajadores son seleccionados por los profesionales del penal”, informó González.

Explicó que los materiales son proveídos por la institución, además reciben donaciones de diferentes instituciones. Lo recaudado con la venta también se destina, en parte, para la provisión de los materiales y el resto de la ganancia se queda para los reos.

Optar por la artesanía hecha en las cárceles tiene su beneficio, los precios son bastante accesibles y se puede personalizar el regalo.

Por ejemplo, la conservadora forrada con madera se puede adquirir por G. 250.000, los adornos navideños desde G. 40.000, cuadros mosaicos con la imagen de la virgen de Caacupé y otros diseños por G. 300.000, juegos de mueble de madera G. 600.000, termos forrados con cuero por G. 150.000, una Biblia forrada por G. 70.000, atrapasueños desde G. 8.000, barcos de madera por G. 150.000.

Si bien el proyecto de reiserción laboral es muy interesante y se tiene importantes logros, la ley solo permite trabajar con los presos condenados, que en la práctica son muy pocos en comparación a la población penitenciaria.

El último informe difundido por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) en diciembre del 2016, señala que el 78% de los reclusos del Paraguay no tiene una condena.

En diciembre del 2016, salía a la luz que la población en las penitenciarías ascendía a 13.191 reclusos, diseminados en las 16 cárceles del país.

La capacidad total de todos los reclusorios del país es de 6.643 reclusos, pero la cantidad de presos superaba en 6.548 la cifra. Es decir, los presos superan casi el doble a la capacidad de los reclusorios de Paraguay, de acuerdo a los datos brindados por MNP.

Esto significa que solo se puede llegar a trabajar con el 22% de la población total carcelaria, lo que representa una ínfima cantidad.

La superpoblación es una tarea pendiente del Estado, pues el hacinamiento y las condiciones infrahumanas en el que viven los reos en nuestras cárceles hace que los programas de reinserción no tengan el impacto deseado. 

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