Paridad para profundizar la democracia

El promedio de participación de las mujeres en el Parlamento en los últimos 25 años, fue del 16,8 %. A este paso, la paridad entre mujeres y hombres sería alcanzada en el 2083, dato que obliga a tomar medidas para una justa participación de las mujeres.

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“Paraguay tiene en este momento una oportunidad de hacer un cambio significativo en la profundización de la democracia”, señala la representante de ONU Mujeres en Paraguay, Carolina Taborda, quien dirige desde ese organismo -en Conjunto con el Tribunal Superior de Justicia Electoral y el Ministerio de la Mujer-, la campaña + Candidatas, Mejor Democracia.

¿Por qué nace esta campaña? Porque al hacer un diagnóstico sobre la participación política de las mujeres en América Latina, se observa que en Paraguay hay problemas estructurales y coyunturales, que impiden a las mujeres una participación equitativa y justa en los lugares de toma de decisiones, ya en sea en los gobiernos locales o nacionales, o en estamentos de la sociedad civil.

Los datos son claros, de 1989 a 2013, casi 25 años y seis periodos de gobiernos democráticos, la participación de las mujeres en el Parlamento (Cámara Alta y Baja), es de solo 16,8 por ciento. Por ejemplo en el periodo actual en la Cámara de Diputados hay solo 12 mujeres, de un total de 80 escaños, mientras que en el Senado hay 9 mujeres de un total de 45 escaños. De las 17 gobernaciones de todo el país, solamente en una de ellas está al frente una mujer, en el departamento de Alto Paraguay, donde la representante es Marlene Ocampo (ANR). Asimismo solo hay un 7,6 por ciento de mujeres en los municipios de todo el país, que son casi 250.

Ya el año pasado hablábamos de que en seis periodos electorales el porcentaje femenino en la Cámara Baja varió de entre el 2,5 por ciento hasta el 15 por ciento, y en el Senado los porcentajes variaron entre 7 y 20 por ciento en los seis periodos. Además, es importante resaltar que la mayoría de las mujeres que lograron ingresar fueron y son de partidos tradicionales como la ANR y el PLRA; recién desde el tercer o cuarto periodo democrático, mujeres de otros partidos cumplieron la hazaña de llegar al Congreso.

Teniendo en cuenta los porcentajes, se puede calcular que a este paso, la paridad entre mujeres y hombres en el Congreso se logrará en 2083, es decir dentro de 68 años, mientras que en las Municipalidades la paridad se logrará dentro de 125 años, señala el informe "Estancamiento o paridad", de la investigadora del Centro de Documentación y Estudios (CDE). Los datos demuestran que el sistema electoral actual no funcionó para promover la participación de las mujeres en la política en Paraguay, que es el país con la ley de cuotas más bajas de América Latina.

La Ley de cuotas es una normativa que fue aprobada en 1996 tras varios años de reclamos de las mujeres de sectores políticos y de la sociedad civil. Esta ley estableció una “cuota” del 20 por ciento de lugares para las mujeres en las listas primarias -es decir solo para las internas- de los partidos políticos. Lo que hacían y hacen los partidos políticos es colocar 20 por ciento de candidatas, pero en los últimos lugares de las listas, y en la repartija de votos terminan entrando los candidatos que están en los primeros lugares, explica la doctora Lilian Soto, del partido Kuña Pyrenda.

“Comprobamos que en realidad la ley de cuotas la toman los partidos políticos como el techo al que deben llegar las mujeres, y no, digamos, la línea de base a partir de lo cual tiene que haber 20 por ciento o más de mujeres”, dice Carolina Taborda.

La Ley de paridad permitirá que el 50 por ciento de los candidaturas a cargos electivos en los partidos políticos sean ocupados por mujeres, y además que sea una cuota de resultados, es decir no solamente para las internas partidarias. Desde el año pasado varios grupos políticos y de la sociedad civil vienen articulando y trabajando con las mujeres parlamentarias y sus asesores en un proyecto de ley para reclamar este derecho. Si bien hay un anteproyecto escrito, no se presentará nada hasta que se haya debatido y analizado lo suficientemente en todo el país, indica Soto.

“El machismo del patriarcado que impera en el país hace imposible que haya un debate serio y articuladamente, mañana competiremos entre nosotras (mujeres de distintos partidos políticos) si es necesario, pero en esto creo que va a haber un accionar conjunto”, dice.

Es justamente la ley de paridad, el objetivo de fondo de la campaña +Candidatas, que actualmente está en su primera fase, que es lograr que haya más candidatas ubicadas en mejores posiciones en las listas, para luego lanzar una campaña dirigida a la población para que más mujeres ocupen cargos electivos. Además, prevé una tercera fase que es implica fortalecer las capacidades de las candidatas que resulten electas en noviembre próximo, en las elecciones municipales.

“Que no solamente hayan mujeres en los puestos de decisión, sino también que haya una agenda de género que llevan las mujeres para poder acerarse a las problemáticas que tienen las mujeres, tanto en los gobiernos locales como a nivel nacional, vinculados por ejemplo con temas de cuidado, acceso a recursos, participación política, y otro tema fundamental que es la erradicación de la violencia”, detalla Taborda.

“Desde el momento en que el ejercicio del poder político no estuvo en manos de las mujeres, hay una lógica de pensamiento diferente respecto a lo que es el poder político, las mujeres no estamos socializadas con la violencia, y esa socialización diferente puede aportar elementos de pacificación y colocación de temas que no se consideran parte del poder político masculino”, señala Lilian Soto, quien aclara que ella no cree que las mujeres sean mejores solo por el hecho de ser mujeres, sino que hay una socialización distinta en el manejo entre ambos géneros.

Taborda señala que cuando hay más de un 30 por ciento de mujeres en los cargos electivos se desarrolla lo que se denomina la masa crítica, que permite que se puedan atender políticas públicas que actualmente no se tienen en la agenda.

En América Latina, Paraguay es el país con la cuota más baja de la región, señala Taborda. Hay otros siete países en la región que tienen ley de paridad y entre ellos Bolivia llega al 49 por ciento de participación parlamentaria de mujeres.

Sobre lo que la gente puede hacer para comenzar a cambiar la realidad, además de la educación y concientización individual, es según Taborda “votar por mujeres en las elecciones municipales, pero también esperando que haya una serie de propuestas de las mujeres en sus planes de trabajo que favorezcan a las mujeres”.

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