Todo favoreció a los narcotraficantes

Todo el procedimiento de incautación de 252 kilos de cocaína realizado el 10 de enero pasado en la zona de Zanja Pytá, jurisdicción del departamento de Amambay, se hizo tarde y favoreció al robo de la carga y a los traficantes.

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Todo se inició en la tarde del sábado 10 de enero pasado cuando un grupo de policías interceptó el vehículo en el que iban los concejales de Amambay, César Augusto Quevedo Isnardi, del Partido Liberal Radical Auténtico, y José María Bogado Martínez, del Partido Colorado, ante la sospecha de que estaban trasladando una carga de drogas.

Los concejales y el custodio, el suboficial Vicente Arévalos, tenían armas largas y bajaron amenazando a los policías de muerte si no los dejaban pasar. El primer gran error se cometió al dejar pasar a los políticos. Después cuando se volvió con más refuerzos ya se encontró la carga de 252 kilos de cocaína, pero escondida entre unos matorrales, pero la camioneta y sus ocupantes ya habían desaparecido del sitio, sin embargo para la policía los dos concejales estaban escoltando la carga.

Seguidamente el otro error garrafal fue llevar a guardar la cocaína en la Jefatura de Policía, un lugar que no cuenta con las mínimas medidas de seguridad para tener semejante cantidad de droga.

El fiscal Juan Carlos Blanco, el lunes 12 de enero, solicitó la quema de la droga, el juez Luis Benítez, el 14 de enero dispuso que se incinere la carga el 21 de enero. Sin embargo los narcotraficantes llegaron en la madrugada del sábado 17 de enero hasta la Jefatura de Policía y se llevaron los paquetes que una semana antes fueron incautados.

Desde ese momento se dieron cambios en las filas policiales, se sumarió a 17 agentes y se imputó a tres, pero las diligencias, como ser allanamientos y detenciones, recién se dieron el 21 de enero. Lo que demuestra que se volvió a dar tiempo a los delincuentes para que muevan la droga hasta un sitio seguro, que ellos puedan ocultarse y no haya rastros de los mismos.

El 21 de enero se dispusieron unos cinco allanamientos simultáneos en Pedro Juan Caballero y uno de los sitios fue la casa de Clemencio “Gringo” González, supuestamente para dar con el hombre fuerte de la frontera a quien acusan de ser un narcotraficante.

Sin embargo, como era de esperarse, no encontraron rastros de la droga y tampoco de los sospechosos. Ahora se imputó a cuatro policías, dos concejales y una mujer, quien sería novia del hijo de "Gringo", pero de la cocaína nada se sabe.

La droga robada de la Jefatura de Policía ya no será recuperada. Lo más probable es que ya haya sido enviada al exterior y vendida.

Desde la incautación de la droga hasta ahora todos los procedimientos fueron tardíos o erróneos y favorecieron el accionar de los narcotraficantes.

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