Versos que sanan

De pequeño le contaron que su madre, María Ángela Vega, no podía concebir más hijos. La fe en la Virgen de Caacupé y una serie de oraciones lograron que ocurra el milagro. “Así fui bendecido como un milagro de la Virgen y nací yo, por eso digo que soy una persona bendecida porque tengo dos madres, una en el cielo y otra en la tierra”, dice hoy, mientras presenta su primer poemario El arte de amarte es indescriptible.

Su alma sensible está compuesta de distintas etapas de dura a lo largo de su infancia. El primero, al terminar el curso de preescolar: le detectaron cáncer. Con mucha fe y una serie de estudios, se logró sanar. La vida, sin embargo, volvió a golpearle cuando a sus 11 años recibía una trágica noticia: su padre había muerto producto de un infarto.

“Desde ahí me tocó empezar a dejar de ser niño para convertirme en hombre. Mi madre con depresión pasábamos muy tristes y mal todos... perdimos la casa que teníamos”, cuenta.

Las pruebas volvieron: a los diez años le diagnosticaron cáncer por segunda vez. “La fe era tan grande que Cristo me dio una vida nueva. Luego de un arduo tratamiento a los 19 años era dado de alta. Era el milagro de vida más increíble que la gente había oído”, relata. Aquel 17 de noviembre de 2007, en el primera sesión de quimioterapia, fue cuando inició su sueño de escribir poemas.

Las ansias por hallar el amor en una gran mujer le empezaron a robar el sueño a lo largo de su escritura. “Soñaba con hallar una mujer que iba describiendo y creando en cada rima. Diciendo: ‘si sobrevivo la voy a conocer, ella existe y está por el mundo pero nos veremos alguna vez”.

El amor llegó. Y con la musa brotaron incontables poemas que hoy publica en su primera obra editada por Servilibro.

Diego desea transmitir con su obra que “lo más bello del mundo es el amor”. “El amor todo lo puede, no hay enfermedad, no hay nada que el amor no pueda sanar”, asegura. Y subraya: “Si las personas entendieran un poquito y supieran que el amor es tan bello dejarían de odiar”.

Junto a su pasión por la poesía, Diego revela una faceta musical. “La música nace prácticamente a la par de la poesía, durante mi tratamiento”, dice. Fue así como empezó con la guitarra clásica, como fan del rock y el heavy metal. “Tenía que tener cuidado con las manos... aún así tuve complicaciones. Le metía a full”, recuerda.

Hoy toca con una banda de covers y recientemente inició un nuevo proyecto de rock en español. Su mensaje siempre gira en torno al amor: “Una frase dice que si vos amás a una persona, siempre la vas a tener en tu corazón. Pero si vos odiás, la vas a tener en tu mente y siempre vas a estar ligada a esa persona”. La esperanza que irradia su sonrisa acompaña su pasión por la poesía. Una actitud de mirar la vida con esperanza y alegría.