Memorias reconstruccion de la historia reciente del paraguay

En el país siguen conculcados los derechos de miles de paraguayos

Dr. Luis Alfonso Resk (83) fue preso 109 veces. Llevó una vida intensa, agitada, en un marco dramático de lucha en la época de la dictadura. Actualmente es presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Cultura y asesor en Derechos Humanos de la Central Nacional de Trabajadores CNT, y de la Organización Nacional Campesina. Resk afirma que en el Paraguay subsisten resabios de la dictadura porque los derechos de miles de paraguayos siguen conculcados.

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“Ejerzo la docencia desde hace 63 años y no puedo jubilarme porque durante la época de la dictadura quemaron todos mis documentos relacionados a mi trabajo”, nos dijo Luis Alfonso Resk uno de los principales referentes de defensa de los derechos humanos del Paraguay, en su residencia ubicada en Lugano 1162, de Asunción.

Resk es actualmente profesor en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción en la cátedra de Historia del Pensamiento Social de América con énfasis en el caso de Paraguay, profesor de Etica en Psicología, de Seminario sobre derechos Humanos en la Facultad de Ciencias de la Comunicación.


Es licenciado en Filosofía y Ciencias del Hombre en la Universidad Católica de Asunción. Es máster en Sociología. Hizo estudios de post grado en la Universidad de Praga, Checoslovaquia, post Unión Soviética y concluyó en la Universidad de Samora en Buenos Aires. Tiene títulos honoris causa en Ciencias de la Educación donde presentó una tesis doctoral, en Ciencias de la Educación, en la Universidad Metropolitana de Asunción; Politécnica y Artística de Asunción.


· El tenaz defensor de los derechos humanos en Paraguay afirma que desde que era joven estudiante sintió la necesidad de defender el derecho ciudadano.


· Recuerda que

en 1942 vino de su Villarrica natal a Asunción para estudiar Medicina, y paralelamente estudiaba en la Escuela Superior de Humanidades. Cuando se desató la guerra civil de 1947 ya había concluído los estudios de Humanidades y hacía el cuarto curso de Medicina le otorgaron una beca. Así en 1950 fue a España a hacer un curso de post grado en el campo de las Humanidades. Luego de un año en ese país por cuestiones políticas se trasladó a Francia, y otros países. Volvió al Paraguay en 1951 y recien creada la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, tras abandonar definitivamente Medicina, ingresó a esa facultad como estudiante en la rama de Filosofía y como profesor contratado en la rama de Letras. Ahí fue presidente del Centro de Filosofía dos años y presidente de la Federación Universitaria del Paraguay y un año representante por América Latina ante la Unión de Universitario a nivel Internacional con sede en Holanda.

“Desde mi traslado a Asunción como dirigente universitario primero y después como dirigente político fui permanente y cruelmente perseguido. Primero durante la dictadura anteriores a Stroessner y a partir de 1954 hasta la caida del stronismo fui perseguido, reprimido, confinado, encarcelado y exiliado constantemente”, resaltó.


· En 1961, fue preso un año, ¿recuerda en qué circunstancias?


· Estuve 11 meses en la Penitenciaría Nacional. Presidía el Movimiento de Salvación Nacional integrada por la Federación Universitaria del Paraguay, por varias organizaciones políticas, civiles y culturales que protagonizaron un acto sin precedentes en la historia del Paraguay. Fue en 1961 en el sequicentenario de la Independencia Paraguaya en la Av. Quinta. Me tomaron preso. Estuve inconciente por un día. La Policia me sometió a crueles sesiones de tortura por más de 20 días. Muchos jóvenes fuimos recluidos en la cárcel. Desde ese entonces fui perseguido hasta quedarme sin trabajo como docente entonces comencé a escribir artículos para el exterior y tenía alumnos particulares. Cuando eso ya estaba casado y estaba en aprieto económico terrible. Mi esposa trabaja desde aquel entonces, hasta la fecha en servicio de lunch haciendo empanadas, croquetas y tortas.


· Fue uno de los fundadores del Movimiento Social Cristiana en 1960...


Sí, y en 1965 se convierte en Partido Demócrata Cristiano. Yo ocupé la presidencia en 2 períodos.


· ¿Qué motivó su exilio en 1981?


· Cuando eso era presidente de la Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano. Estuve 4 días de huelga de hambre y de sed estando preso y cuando estaba muy grave por las constantes torturas el 27 de junio de 1981 en la madrugada me arrojaron al otro lado del Pilcomayo, en Clorinda, donde fui internado de urgencia. Estuve en el exilio 5 años. Los tres primeros años recorrí Europa, América Latina y algunos países de Africa. En todas partes hablaba del drama que vivía nuestro país y pedía solidaridad desde el punto de vista moral y cívico. En 1983 me instalé en la Argentina. Mi esposa, Rosa Perla Bonin de Resk con quien tenemos tres hijos, me visitaba cada vez que podía porque yo era controlado rigurosamente por la policía stronista.


· ¿Cómo fue posible su vuelta al Paraguay en 1986?


· Regresé al país en 1986 muy enfermo. A raíz de las crueles torturas tuve que operarme en los órganos nobles y fue un post operatorio muy doloroso y traumático. Regresé al país con mi sonda en la mano. Fue gracias a la mediación de la Embajada de Alemania Occidental ante el Gobierno paraguayo. Ni bien me instalé en el Paraguay el 20 de abril de 1986, el 1 de mayo del mismo año, me solidaricé con los trabajadores que manifestaron en la iglesia de Cristo Rey. Allí fui brutalmente reprimido por los policías que tuve que ser operado por segunda vez de urgencia de la misma afección. Por mis actividades cívicos culturales, en la época de Stroessner tuve 109 apresamientos con crueles torturas, 102 antes de mi exilio y al volver tuve 7 apresamientos más. Con las graves torturas al que me sometieron sufrí deterioros físico y síquico con los que convivo hasta la fecha. Los 67 años de persecuciones y torturas antes y durante la dictadura stronista, no amilana mi espíritu de lucha por los derechos humanos.

· ¿De qué le acusaron en la época de la dictadura?


· De ser comunista y subversivo. Las autoridades sabían que no era así. Lo que hacía en aquel entonces y hasta la fecha es enseñar. La cátedra es una instancia que forma actitudes ciudadanas dibujando en el alma del joven la imagen que en el mañana van a ser sujetos de derechos como ciudadanos y responsables de obligaciones. La educación pone al descubierto los ilícitos, las inmoralidades y todo aquello que constituye un atentado contra la vida, el honor, y la dignididad de las personas. Por eso es una herramienta válida contra toda dictadura. La educación liberadora llamada por “Paulo Freire”, abre el pensamiento y es la que enseño. Porque se requiere un mínimo de libertad para la educación. De eso tienen miedo las autoridades hasta hoy día. Porque subsisten aún los oscuros resabios del pasado como la injusticia social, el autoritarismo y la corrupción. El aparato represivo no ha sido eliminado. Las represiones sobre todo en el interior son violentas, hay desapariciones de personas. En lo que se ha avanzado es en el campo político, pero aún así hay un déficit en los derechos sociales, culturales y económicos que se traduce dramáticamente en la crisis que estamos viviendo de desempleo, hambre y miseria.


· ¿Podemos decir que se vive en democracia en el Paraguay?


· No hay en el país libertad individual ni social. Los maestros, los empleados, los campesinos salen a exigir su legítima demanda y muchas veces son repremidos, por eso a mis 83 años, sigo en la lucha. Porque sin la vigencia de los derechos humanos no se puede vivir en libertad ni tampoco puede haber justicia social. Sin la justicia social y las libertades no pueden haber desarrollo y sin desarrollo, no puede haber paz.


· ¿Qué aspectos de la dictadura no puede olvidar?


· El flagelo cruel de las represiones sobre todo la tortura antes como sistema y que ahora subsisten en el campesino, el obrero, los profesionales en su lucha por un sueldo digno.

· ¿Qué legado dejó la época de la dictadura en el pueblo paraguayo?


· Por un lado el temor que impide el desarrollo humano. La represión aún subsiste en la sociedad y la corrupción es casi generalizada. En el país no hay justicia. Por eso me ocupo de la maestra sin rubro, de los ciudadanos sin el debido respeto a sus derechos humanos, las empleadas domésticas explotadas, voy a visitar a los obreros en huelga y esa solidaridad no se traduce en metálico, lo hago de corazón. Con orgullo puedo manifestar que yo mantengo el local de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y cree el Instituto Superior de los Derechos Humanos y la Maestría en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción.


- ¿Qué le gustaría hacer realidad en el país?


· La herramienta válida para el cambio de un país es la educación porque gracias a ella se forja la mentalidad y se crea una nueva personalidad. Hace falta que la juventud y la gente honesta y capacitada tengan acceso al poder, en cargos de decisiones, que haya mayor equidad en la distribución de la riqueza. Hace falta una revolución mental que transforme al hombre que cree y promueva la libertad, la justicia, la solidaridad. Paralelamente hay que terminar con la estructuras autoritarias, corruptas e injustas. Hace falta crear una sociedad libre y justa, democrática, comunitaria, fraterna y solidaria en libertad donde permanezcan los valores sociales, culturales y económicos bajo el signo de los derechos humanos y con profundo sentido ético y cívico.
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