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Eso indicó la Asociación Nacional de la Industria Cinematográfica (Anica).
El documental, que ganó en febrero el Oso de Oro a la mejor película del Festival de Berlín, narra como los habitantes de Lampedusa, el punto más meridional de Italia, se han transformado desde que la isla se ha convertido en un lugar masivo de desembarco de inmigrantes ilegales procedentes de tierras africanas.
El realizador, ganador del León de Oro en Venecia en 2013 con Sacro GRA, sin ayuda de voces en off ni comentarios cuenta la vida cotidiana de un niño, del médico, así como de los indocumentados que llegan en barcazas arriesgando y en algunos casos perdiendo su vida.
El fenómeno, que genera un fuerte debate en Europa, dividida entre acoger o expulsar a los miles de migrantes que llegan a diario, es una suerte de homenaje a una comunidad perdida que desde el confín de Europa y con dignidad encara esa tragedia.
“Estamos muy satisfechos por esa decisión, Fuocoammare es el filme que enfrenta crudamente y a la vez con poesía un tema universal, que no afecta sólo a Italia y a Lampedusa, sino también a todo el mundo”, comentó el ministro de Cultura italiano Dario Franceschini.
En una carta abierta publicada en febrero, el documentalista pidió que se conceda el Nobel a los habitantes de la islas Lampedusa, en Italia y Lesbos, en Grecia, en pleno Mediterráneo, que reciben y alojan desde hace años a miles de indocumentados que arriesgan la propia vida para huir de los conflictos y el hambre.
El pedido del cineasta fue apoyado por numerosos cineastas y artistas, entre ellos el premio Nobel de la Literatura, el italiano Dario Fo. La estatuilla del Oso de Oro fue donada por Rosi a los habitantes de la isla y entregada a Lampedusa al doctor Pietro Bartolo, médico que ha salvado a tantos inmigrantes, y uno de los protagonistas de la película.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones ( OIM), divulgados el pasado 23 de septiembre, unos 300.450 migrantes y refugiados han entrado por vía marítima en Europa, sobre todo Grecia e Italia.
En lo que va del año 2016, unas 165.409 personas han entrado en Grecia y 130.561 en Italia, mientras las cifras de muertes suman 3.501, según la misma IOM.