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En Buenos Aires, los principales cortes efectuados por piquetes afectaron a la autopista Panamericana, en su cruce con la ruta 197; en el Puente de Pueyrredón y el acceso Oeste, según fuentes policiales.
En La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, está bloqueado el acceso a la autopista que comunica esta ciudad con la capital federal. Se trata de la tercera huelga general de 24 horas contra la política económica del gobierno de Mauricio Macri, que arrancó a las 00:00 horas de hoy, lunes (3:00 GMT).
En la capital federal no funcionan el subte (metro) ni los ferrocarriles pero sí que circulan algunos taxis por las calles, ya que la Federación Nacional de Conductores de Taxis, una de las organizaciones que los agrupa, no se adhirió al paro.
Los metrobús de Buenos Aires y las grandes ciudades (carriles especiales para el transporte público colectivo urbano) permanecen desérticos desde media noche. Tampoco salen los vuelos de cabotaje y la mayoría de los internacionales aparecen en las pantallas de los aeropuertos como cancelados.
En Buenos Aires no circulan camiones y ni el tren de mercancías que comunica ambos sectores del puerto fluvial. Los puertos y aeropuertos, las estaciones y líneas de ferrocarril, las entidades bancarias, las oficinas, hospitales (excepto urgencias) y los centros educativos de carácter público presentan un aspecto desértico.
Lo mismo ocurre con los servicios de recogida de basuras y la estaciones de servicio, que junto con los anteriores son los principales objetos de la huelga convocada por la poderosa y peronista Confederación General del Trabajo de la República Argentina, que agrupa a los principales sindicatos del país.
Al paro decretado por CGT se sumaron la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la CTA-Autónoma, una de las divisiones de la CTA. Este paro general que hoy afronta Argentina es el tercero de estas características que se convoca en el plazo de 15 meses contra la política económica del gobierno de Macri, que considera que los motivos de la protesta son políticos, después de los celebrados el 6 de abril y el 18 de diciembre de 2017.
Los convocantes exigen cambios en la política económica y rechazan el “brutal ajuste” que, según la CGT, ha impuesto el Fondo Monetario Internacional (FMI) para hacer efectiva su ayuda financiera.