Chilenos en el exterior son los primeros en votar en presidencial

SANTIAGO. Unos 40.000 chilenos que viven en el exterior empiezan este sábado a votar por primera vez en una elección presidencial, en la que el candidato de derecha Sebastián Piñera es el favorito para suceder a la socialista Michelle Bachelet.

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En total, 39.137 chilenos de los 360.000 habilitados se han inscrito para votar en 110 circunscripciones de 62 países.

La capital de Nueva Zelanda, Wellington, inaugurará la votación a las 16H00 hora de Chile (20H00 GMT y 08H00 hora de Nueva Zelanda) donde hay 522 inscritos, indicó la cancillería.

La cancillería instaló un centro de operaciones en su edificio en Santiago para seguir el avance de la votación en el extranjero, que comenzó a funcionar el viernes y se espera concluya cuando se acabe el escrutinio en el exterior en las mesas instaladas en Vancouver (Canadá), Los Ángeles y San Francisco (Estados Unidos).

El voto en el exterior, aprobado por el Congreso en agosto del pasado año, es criticado por la derecha opositora al gobierno de Michelle Bachelet, ya que estiman que la mayoría de los votantes tienen afinidad con la izquierda o exiliados de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

La Cancillería estima que fuera del país viven unos 857.000 chilenos.

Un primer ensayo del voto en el exterior tuvo lugar en julio pasado durante las primarias que realizaron los partidos de derecha, en las que Sebastián Piñera se convirtió en candidato de Chile Vamos. Mientras que la periodista Beatriz Sánchez ganó la candidatura del Frente Amplio, la izquierda radical.

En esa oportunidad, votaron 6.593 personas fuera de Chile.

Los otros seis candidatos no pasaron por primarias.

En total, ocho candidatos aspiran a la presidencia de Chile: además de Piñera y Sánchez, concurren el oficialista Alejandro Guillier (centro-izquierda), Carolina Goic (Democracia Cristiana, centro), José Antonio Kast (derecha pinochetista), Marco Enríquez-Ominami (izquierda) y Alejandro Navarro y Eduardo Artés (ambos de extrema izquierda).

El domingo, 14,3 millones de chilenos están convocados a las urnas para elegir al sucesor de la socialista Bachelet que el 11 de marzo próximo concluye su segundo mandato.

El gran temor de estos comicios, en los que el voto es voluntario, es la baja participación en el campeón actual de la abstención en la región.

“Esperamos que voten 6,5 millones de votantes en las elecciones de mañana. De ahí para arriba va a ser óptimo”, declaró Gabriel de la Fuente, ministro secretario general de Gobierno a medios locales.

En total, 42.890 mesas de escrutinio estarán habilitadas en 2.156 locales de votación instalados en el país, que desde el viernes están bajo el control y seguridad de unos 17.000 efectivos de las Fuerzas Armadas.

Piñera, un exitoso empresario quien se convirtió en 2010 en el primer representante de la derecha en llegar a la presidencia en más de 50 años, es el favorito para llevarse el triunfo el domingo, aunque según las proyecciones no alcanzaría 50% de los votos necesarios para evitar un balotaje el 17 de diciembre.

Piñera, que cumple 68 años el 1 de diciembre, le ha hecho un guiño a la clase media en su campaña electoral, en un intento de captar votos del centro y de los desafectos del gobierno de la Nueva Mayoría de Bachelet.

El multimillonario, con una fortuna de 2.700 millones según Forbes, ha prometido que si llega a La Moneda, corregirá la reforma tributaria que Bachelet promulgó en 2014, y que incrementó los impuestos a los privados, y “recuperará la inversión”.

Aunque se espera que la derecha avance también en el Parlamento que se renueva este domingo, tampoco las proyecciones prevén que logre la mayoría absoluta.

El probable rival de Sebastián Piñera en la segunda vuelta, según los sondeos, es el senador independiente Alejandro Guillier, que con una intención de voto de 15,4% se encuentra a gran distancia del primero.

Guillier, un reconocido periodista de 64 años que se declaró el continuador de la obra de Michelle Bachelet, proseguirá con la reforma educativa de esta para garantizar la gratuidad de la educación superior de la que hoy gozan 260.000 estudiantes del espectro más pobre.

Asimismo, continuará con la modificación del sistema de pensiones -heredado de la dictadura de Pinochet- y cuya reforma inició Bachelet, así como la Constitución que data también de la época de la dictadura.

Muy alejados y con escasas posibilidades se encuentran los otros seis candidatos, aunque serán clave en una eventual segunda vuelta.

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