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“Tenemos esperanza en el principio de justicia universal. Eramos un pueblo de 6.000 personas y ahora somos unos 2.000. Es una tragedia a la que el Estado paraguayo no quiere responder”, declaró Ceferino Kreigi en una rueda de prensa en la Cámara de Diputados de Argentina, encabezada por el titular de la comisión de Derechos Humanos, Remo Carlotto.
Kreigi, de 28 años, lleva en su cuello un collar de dientes de jabalí y mono, símbolo de fuerza para el pueblo Aché, al que representa junto a Marciano Chevugi, 38 años, para la presentación ante el juez argentino Norberto Oyarbide.
“Venimos a pedir justicia, hubo torturas, violaciones, maltratos. No podemos soportar este dolor que sufrimos en nuestro país, este daño que han hecho a nuestro pueblo originario. Sentimos un inmenso dolor Pedimos que el Estado responda del daño a nuestro pueblo”, insistió Kreigi.
La denuncia fue acompañada por el exjuez español Baltasar Garzón, presidente del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, impulsor de la justicia universal merced a la caual logró en 1998 la detención en Londres del ex dictador chileno Augusto Pinochet (1973/1990).
“Acompañamos la presentación del pueblo Aché. El 60% de ese pueblo desapareció. Se robaron más de 200 niños, que fueron entregados como servidumbre doméstica o en adopción ilegal. En Argentina todavía se mantiene viva la jurisdicción universal. Este tipo de crímenes no puede quedar en el olvido ni sin sanción”, expresó Garzón.
En la querella, se describe que “en 1968 el gobierno de Stroessner constituyó la colonia Aché que se llamó muy peyorativamente Rata de Monte y entre el gobierno y civiles salían a cazar como animales a los miembros de la comunidad, porque los querían en un gueto, al que salía de la reserva lo cazaban” , dijo a la AFP el abogado Juan Maira, patrocinante de los querellantes.
“Vendían a los chicos y a las mujeres para servidumbre. Hicieron un verdadero genocidio”, agregó Maira.
Los miembros de la comunidad Aché, junto a Maira y a Yudith Rolón, titular de la Dirección de Verdad, Justicia y Reparación de Paraguay, se presentaron ante el juzgado de Oyarbide que recibió la denuncia y espera la respuesta a un exhorto al gobierno de Paraguay ya enviado en 2013.
Rolón forma parte de un grupo de 13 víctimas de la dictadura de Stroessner que abrió en agosto de 2013 una querella en Argentina, con la pretención de que se investiguen los crímenes de la dictadura stronista porque “el sistema judicial paraguayo ha hecho muy poco para perseguirlos”, según los demandantes.