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El último mensaje de Corea del Norte contradijo una atmósfera libre de ansiedad en la capital surcoreana donde el centro de la ciudad bullía de tráfico y las oficinas operadas normalmente.
Pyongyang no ha dado señales de preparación para la guerra de su Ejército de 1,2 millones de efectivos, lo que indica que la amenaza podría tener en parte la intención de reforzar a Kim Jong-un, de 30 años, el tercero de su familia que dirige el país.
Ninguna de las embajadas en Seúl parecía haber emitido directivas a sus ciudadanos después de la advertencia y las aerolíneas no reportaron cambios en sus horarios. Las escuelas que atienden a alumnos extranjeros trabajaban sin interrupción.
La advertencia, leída en la televisión estatal de Corea del Norte en un comunicado que interrumpió la programación normal, fue la última amenaza en semanas de alta tensión después de las sanciones que Naciones Unidas impuso a Pyongyang por su última prueba de armas nucleares.
El anuncio siguió la suspensión de Corea del Norte de la actividad en el parque industrial conjunto de Kaesong justo dentro de Corea del Norte, cortando casi por completo los últimos rastros de cooperación entre los vecinos. Los trabajadores norcoreanos no acudieron el martes al parque.
La advertencia a los extranjeros, reportada por la agencia de noticias KCNA, dijo una vez que estalle el conflicto "va a ser una guerra total, una despiadada guerra sagrada de represalia que librará (Corea del Norte)".
"No quiere ver a los extranjeros en Corea del Sur caer víctimas de la guerra", dijo el Comité para la Paz Asia-Pacífico de Corea del Norte según una cita reproducida por la agencia.