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Los diputados del Bundestag, Cámara baja del parlamento alemán, adoptaron por 429 votos a favor, 147 en contra y 4 abstenciones, un paquete de medidas muy criticado por la oposición de izquierda y las asociaciones de ayuda a los refugiados.
El paquete de medidas denominado “Asylpaket II”, aprobado por el gobierno de coalición de conservadores y socialdemócratas de Angela Merkel a fines de enero, prevé en otras cosas endurecer las condiciones de reagrupamiento familiar. De ahora en adelante, los emigrantes que benefician de la “protección subsidiaria”, un escalón por debajo del estatuto de refugiado, tendrán que esperar dos años para traer a su familia.
La ley prevé también la instalación en Alemania de cinco centros de registro de demandas de asilo para acelerar el estudio de los casos con menos posibilidades y la expulsión de las personas cuya solicitud es rechazada. Además, las ayudas sociales será reducidas. Los diputados aprobaron también otra ley que facilita la expulsión de los delincuentes extranjeros.
Esa medida fue adoptada tras las agresiones cometidas la noche del 31 de diciembre de 2015 en Colonia, oeste, contra mujeres por hombres en su mayoría oriundos de Africa del Norte. Tras la llegada de más de un millón de solicitantes de asilo en 2015, Angela Merkel enfrenta una ola de críticas en su propio partido, una baja de popularidad en Alemania y un creciente aislamiento en Europa.
Sin embargo, Merkel sigue negándose a poner un límite a la cantidad de refugiados y se opone al cierre de fronteras en Europa para frenar la afluencia de migrantes. Al contrario, la jefa del gobierno alemán plantea una distribución de los refugiados en todos los países europeos, lo que es fuertemente resistido por muchos miembros de la Unión Europea.
Austria, que en 2015 apoyó la política de Merkel, cambió de política y decidió limitar drásticamente la cantidad de solicitantes de asilo por año.