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“Si el Gobierno griego se niega a seguir un proceso de reformas, estará jugando con el futuro del país”, advierte Regling en un artículo que adelanta hoy el semanario alemán Focus.
Según el responsable del MEDE, si no se avanza por ese camino “el riesgo de que los sacrificios de los griegos hayan sido en vano sería grande”.
Destaca además que, sin un acuerdo firme entre los acreedores y Atenas en materia de reformas, las ayudas por valor de 7.200 millones de euros no pueden ser desbloqueadas.
Regling recuerda que los griegos cumplieron con estrictas condiciones en materia de reformas para recibir las ayudas del primer mecanismo de rescate, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) .
El saneamiento presupuestario y los recortes en salarios y pensiones, subraya, fueron dolorosos, pero inevitables para corregir deficiencias.
“La economía se reactivó, se crearon puestos de trabajo y los inversores compraron por primera vez a mediados de 2014 nuevamente deuda pública griega”, éxitos que durante mucho tiempo han sido infravalorados por la opinión pública alemana, apunta.
El principio “préstamos a cambio de reformas” también ha funcionado en otros países en crisis de la zona euro, señala antes de precisar que en Grecia los problemas son mayores, por lo que el proceso de reformas es más largo.