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“Todas las guerras tienen un fin y nosotros buscamos desde hace tiempo como llegar a éste”, declaró a la prensa el jefe del Pentágono, a su llegada a Copenhague. “Así que vamos a observar la proposición y ver si funciona”, agregó.
La propuesta fue firmada el jueves por Rusia e Irán, aliados del régimen de Bashar al Asad, y Turquía, que apoya a los rebeldes, sin el respaldo del gobierno sirio ni de los rebeldes. Washington la acogió con reservas, escéptica por el papel que Irán pueda tener para garantizarla, aunque esperando a que pueda conducir a un acuerdo más global.
“¿Ofrece esta propuesta una esperanza de ponerle fin a la guerra? Habrá que verlo”, lanzó Mattis, que viajó a Dinamarca para reunirse con los principales miembros de la coalición contra la organización yihadista Estado Islámico.
El dispositivo, que entró en vigor el viernes a medianoche, prevé la creación de cuatro “zonas de distensión” en Siria, rodeadas de “zonas de seguridad” con puestos de control y centros de vigilancia gestionados por las fuerzas del país y, eventualmente, “otros” agentes.
Estados Unidos, que no firmó la propuesta, envió al secretario de Estado adjunto al encuentro de Astaná, capital de Kazajistán, donde se firmó el acuerdo.
Varios acuerdos de tregua o de alto el fuego han fracasado durante los seis años de guerra en Siria, si bien este último memorando prevé un mecanismo más ambicioso gracias a estos puestos de vigilancia para evitar choques.