El narco deja su cruel estampa en México

El caso del asesinato de una periodista a manos del crimen organizado en México vuelve a poner en el tapete el tema de la predominancia de la impunidad en la región para con los comunicadores. En esta ocasión, la víctima fue la madre de un bebé.

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Anabel Flores Salazar tenía 32 años y un mundo por delante. Trabajaba para la sección Policiales en el diario el El Sol de Orizaba, una pequeña ciudad del Estado de Veracruz. El lunes por la madrugada, desconocidos entraron a su casa y, según varios medios de prensa que dieron a conocer su caso, fue violentada, golpeada y, por último, asesinada. La profesional estaba en ese momento cuidando a uno de sus dos hijos: Un bebé de solo 15 días. En otra habitación estaba el otro, de apenas cuatro años.

Los asesinatos vienen cargados muchas veces de símbolos. El caso de Flores Salazar no fue la excepción: Desapareció en una ciudad también de Veracruz llamada Mariano Escobedo y fue hallada el martes pasado colgada de un árbol y con una bolsa por la cabeza. Un mensaje horrendo y cruel de parte de –se sospecha– el cártel de Los Zetas, uno de los más poderosos del continente en cuanto a tráfico de drogas y armas.

El portal de la BBC cita a compañeros de Flores Salazar, quienes la calificaron como “incisiva” en sus investigaciones sobre el crimen organizado. Eso, eventualmente, le costó la vida. Activistas por los derechos humanos y la libertad de expresión aglutinados en una organización llamada “Article 19” reprocharon que las autoridades de Veracruz hayan insinuado un vínculo de la periodista con el crimen organizado.

“Resulta alarmante que, a pocas horas de haber comenzado la investigación, la Fiscalía de Veracruz establezca en su primer comunicado un posible vínculo de la periodista con la delincuencia organizada, culpabilizando a Anabel Flores, y violando su debido proceso. La obligación de las autoridades de procuración de justicia en investigar y no criminalizar a priori a las víctimas, más en un contexto donde se ataca de manera constante a quienes ejercen el periodismo”, reza parte del comunicado de Article 19. Su familia negó que la mujer haya tenido vínculos con los delincuentes.

De 2003 a 2015, en promedio han desaparecido dos periodistas por año en México. En total, suman 23 los comunicadores asesinados. Michoacán, Tamaulipas y Veracruz son los sitios donde se concentra la mayor parte del registro, con cuatro casos en cada una, recuerda Article 19.

En el 96% de los casos se identifica como antecedente la cobertura informativa relacionada con temas de corrupción y de seguridad, en los que se relaciona a funcionarios y organizaciones criminales. En 23% de los casos, los comunicadores recibieron amenazas previas por su labor informativa, plasma en su página web el portal “Clases de Periodismo”.

La entrevista que el actor Sean Penn le hizo a Joaquín “Chapo” Guzmán para la revista Rolling Stone, que generó repercusión en todo el mundo, fue duramente criticada por los periodistas mexicanos porque Penn no pudo (no supo o no quiso) culpar al narco por la desaparición de cientos de periodistas en el país norteamericano.

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