Espiral de violencia en el Medio Oriente

Pese a la situación en el Medio Oriente, una región del mundo que siempre ha fluctuado entre la violencia y momentos de tensa calma, la repentina escalada de violencia desatada en Jerusalén sorprende por la rapidez con que se expande.

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El viernes 14 de julio, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, dos policías israelíes fueron asesinados en pleno día por tres palestinos mientras descansaban en una de sus rondas. La reacción de las Fuerzas de Defensa fue inmediata, persiguiendo y eliminando a los atacantes.

El hecho de que esta situación haya sucedido en la zona cercana al acceso al Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas para los musulmanes motivó al gobierno de Israel primeramente a cerrar hasta el domingo siguiente el acceso de los fieles, pero antes de reabrirlo, procedieron a colocar detectores de metales y sistemas de videocámaras para acceder a Al Aqsa, tercer lugar sagrado del Islam.

Las reacciones del mundo islámico no se hicieron esperar y hasta motivó una reunión de la Liga Árabe, un organismo tan venido a menos casi como la OEA en América.

Netanyahu no cedió a la presión de sus vecinos, algo muy tradicional en la política israelí, y los sensores de metales permanecieron. La indignación elevó la temperatura de una región ya de por sí caldeada y aparecieron los “lobos solitarios”, intentando resolver por su cuenta la situación.

Omar al-Abed, palestino de 19 años, llegó hasta la casa de la familia Salomón en Halamish, un asentamiento judío en Cisjordania (Samaria y Judea), donde celebraban el shabat y el nacimiento de un nieto.

Yosef Salomón de 70 años, lo confundió con un invitado, lo dejó pasar y allí se desató la tragedia.

El joven palestino, armado con un cuchillo de cocina, mató al abuelo de la familia, Yosef Salomon, de 70 años, a su hija Chaya Salomon, de 46, y su hijo Elad Salomon, de 36.

Tras el baño de sangre, el joven palestino huyó pero fue interceptado y detenido por los vecinos, quienes lo entregaron a las autoridades y algunos ministros del gabinete de Netanyahu quieren que el palestino sea condenado a muerte, situación que no se repite desde 1962, cuando el criminal nazi Adolf Eichmann fue ejecutado en Israel.

En la Franja de Gaza, bastión de Hamas, organización enemiga de Israel, al enterarse del criminal hecho, algunos salieron a las calles a celebrar y otros no tuvieron mejor idea que lanzar dos cohetes hacia Israel, que afortunadamente cayeron uno en zona deshabitada y el otro fue a parar al Mediterráneo. Como represalia, las Fuerzas de Defensa de Israel bombardearon las zonas desde donde se originaron estos lanzamientos.

Las protestas subieron de tono y con ello llegaron los enfrentamientos, las detenciones, los heridos y muertos. Ya son ocho los fallecidos durante las protestas y ahora Israel ha apresado a 29 miembros de Hamas.

El Waqf, organismo musulmán encargado del cuidado de los sagrados lugares del Islam y Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, han criticado la actuación israelí y cortado todo contacto y colaboración en la seguridad por ahora.

Paralelamente a esto, un grave incidente tuvo lugar en la embajada de Israel en Amman, Jordania, cuando un agente de seguridad de la embajada fue herido por un trabajador jordano con un destornillador. El guardia israelí disparó al atacante y lo mató, pero también hirió de muerte al propietario de la casa donde funciona la embajada.

Ahora, el gobierno jordano anunció que no permitirá la salida del país del guardia, quien está protegido por la Convención de Viena e Israel está gestionando su traslado. Los familiares de los jordanos muertos piden también que se aplique la pena de muerte para el israelí y estos hechos han deteriorado las relaciones entre ambos países.

Los palestinos amenazan con una tercera Intifada (insurrección en español), lo que echaría por tierra todos los esfuerzos de la comunidad internacional para lograr acuerdos de paz en una zona tan inestable y conflictiva.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha designado a Jason Greenblatt, un exabogado del grupo de empresas de Trump, como representante para negociar un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes. Mientras tanto, en Estambul, los funcionarios de la embajada israelí han optado por trabajar desde sus casas para evitar cualquier inconveniente por la situación de Al Aqsa.

Esta mañana, en las afueras de Tel Aviv, un palestino de 21 años atacó con arma blanca a quienes comían en un puesto de comida rápida e hirió de gravedad a un ciudadano árabe-israelí de 32 años.

El Shin Bet, la agencia de seguridad interna, confirmó que el atacante estuvo preso entre 2015 y 2016 en Israel  por realizar actividades violentas. El palestino detenido habría dicho que lo hizo "por Al Aqsa", la mezquita sagrada del Islam, construida en el año 705 d. de C. en el lugar donde anteriormente se encontraban los restos del antiguo Templo de Salomón, destruido siglos antes por los romanos.

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