/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/2UF3H4EIXZHB7DRCJXNWGVOWF4.jpg)
Cargando...
Las lluvias del monzón, agravadas por el paso del ciclón Komen en julio, afectó 12 de las 14 provincias del país, con 5.670 kilómetros cuadrados de cultivos anegados, casi 4.000 de ellos destruidos junto a otros 145 de piscifactorías, y 20.000 cabezas de ganado perdidas.
La FAO alertó de que estos daños amenazan con “limitar de forma severa” el abastecimiento de alimentos en el país si la comunidad internacional no actúa de inmediato.
“Ahora que el agua se retira, debemos actuar rápidamente para ayudar a las comunidades rurales a recuperarse, dándoles semillas, equipos y el apoyo que necesitan para cultivar, criar animales y recuperar su sustento”, dijo la representante de FAO en Birmania, Bui Thi Lan.
“Vista de primera mano su magnitud, es impresionante que esta situación de emergencia sea tan ampliamente subestimada por la prensa global y los donantes internacionales”, añadió Bui Thi Lan en un comunicado.
Más de cien personas murieron a causa de estas inundaciones, que dejaron 1,6 millones de damnificados y destruyeron miles de casas y regadíos, además de carreteras y otras infraestructuras, lo que aun dificulta la distribución de ayuda de organizaciones humanitarias.
La FAO también indicó que cuatro de las seis provincias más afectadas han padecido desde 2012 brotes de violencia sectaria, que han causado unos 600.000 desplazados, lo que hace estas regiones más vulnerables a los efectos de las inundaciones.