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“Es un inmenso orgullo estar aquí con ustedes esta noche”, dijo Macron a los soldados apostados en una base cerca del aeropuerto. “Para ustedes, la tregua (de Navidad) no está permitida y esto es algo que no olvidamos”, dijo el presidente francés, que quiso perpetuar una tradición republicana de visitar a los soldados desplegados en el exterior en estas fechas.
El mandatario fue recibido al descender del avión por su homólogo nigerino Mahamadou Issoufou, con quien mantendrá un encuentro oficial el sábado. Con 500 hombres, aviones de caza Mirage 2000, aviones de transporte y drones, esta base es el “núcleo aéreo” de Barkhane, la operación militar exterior más importante dirigida actualmente por Francia.
Por ella pasan la mayoría de los 4.000 soldados franceses distribuidos en los cinco países cubiertos por Barkhane (Mali, Chad, Burkina Faso y Mauritania).
Después de Gao, Uagadugú y Abiyán, esta corta visita de unas veinte horas a Niamey evidencia la prioridad que el jefe del Estado francés da a la estabilización de la zona.
“Estoy muy presente porque es aquí donde se juega una parte importante de nuestra batalla (...) No podemos luchar de manera eficaz contra el terrorismo si no tenemos una acción en el Sahel”, explicó el domingo pasado en el canal de televisión France 2.
Para Macron, las acciones iniciadas a partir de 2013, con la operación Serval en Malí, de la que Barkhane se hizo cargo en agosto de 2014, “puso freno de forma significativa a los grupos” yihadistas, que ya no son capaces de hacer que se “tambalee un Estado”.
Ahora, estos están “dispersos en bandas móviles” , y “buscan golpear pero de forma asimétrica” en esta inmensidad desértica, donde “hasta una acacia es un potencial escondite” .
Es por esto, que “el esfuerzo será mantenido, con fuerza” en 2018, con la voluntad de “obtener victorias contundentes, que sean importantes, frente al enemigo”, agregó.
“Yo tengo confianza en ustedes”, dijo el presidente francés, en particular para llevar a cabo la lucha en el Sahel, que es “una prioridad” ya que “aquí es donde se juega nuestra seguridad, el futuro de una parte del continente africano”.
Siguiendo la tradición, Emmanuel Macron cenó con 700 comensales, una gran mayoría de ellos soldados franceses, pero el convite incluyó también a unos cuarenta militares alemanes que comparten la base.
Por iniciativa de Macron, la cena fue preparada por el cocinero del Elíseo, Guillaume Gomez, que se desplazó a la base desde París.
Los soldados, por su parte, quisieron sorprender al presidente por sus 40 años cumplidos el jueves, cantándole feliz cumpleaños atrasado. “Estoy muy emocionado”, dijo el presidente antes de cortar la torta decorada con los colores azul, blanco y rojo de la bandera de Francia.