Cargando...
“Querido padre Nicolás, con gran alegría recibí la amable carta que me envió en ocasión de mi elección al Solio de San Pedro, en su nombre y en el de la compañía de Jesús, y en la cual me informa de su plegaria por mi persona y ministerio apostólico, así como del deseo de seguir sirviendo en forma incondicional a la Iglesia y al Vicario de Cristo según la regla de San Ignacio de Loyola”, escribió el pontífice.
“Le agradezco de corazón por esta señal de estima y cercanía, que devuelvo con placer, pidiendo al Señor que ilumine y acompañe a todos los jesuitas para que, fieles al carisma recibido y en las huellas de los santos de nuestra amada orden, puedan ser -con la acción pastoral pero sobre todo con el testimonio de una vida enteramente consagrada al servicio de la Iglesia, esposa de Cristo- fermento evangélico en el mundo”.
Luego instó a orar por él: “Pido a todos los jesuitas que recen por mí”.