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CIUDAD DEL VATICANO. Después de pronunciar la tradicional formula en latín para proclamar la santidad de los dos latinoamericanos, el papa rezó por ellos y elogió el “corazón generoso y fiel” de los nuevos santos de la Iglesia.
Los dos nuevos santos latinoamericanos, que vivieron a comienzos del siglo XX, son figuras que representan a la iglesia católica en ese continente: una comprometida con los pobres y enfermos, otra dispuesta a sacrificar la propia vida por su fe religiosa.
“Los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos”. explicó el papa ante miles de fieles.
Durante la ceremonia serán canonizados también otros cinco nuevos santos: los franceses Salomón Leclercq (1745-1792) e Isabel de la Santísima Trinidad Catez (1880-1906), el español Manuel González García (1877-1940) y los italianos Ludovico Pavoni (1784-1849) y Alfonso María Fusco (1839-1910).
Las reliquias de los nuevos santos, entre ellas fragmentos de huesos, fueron bendecidas por el papa Francisco.
Unas 70.000 personas, según la oficina de prensa del Vaticano asistieron a la ceremonia, entre ellos unos mil argentinos y otros tantos mexicanos, además de religiosos y autoridades como el presidente argentino Mauricio Macri y la ministra francesa de la Ecología, Ségolène Royal. También estuvieron presentes familiares de los nuevos santos.