Polémica sobre la devaluación sacude la campaña electoral argentina

Con el precio del dólar en escalada en el mercado negro y en medio de fuertes reclamos de los empresarios para que el Gobierno corrija el atraso cambiario, la cotización del peso argentino se ha convertido en asunto clave aunque los dos postulantes principales, según los sondeos, el oficialista Daniel Scioli y el conservador Mauricio Macri, solo se han pronunciado tímidamente sobre el tema.

Scioli se ha situado en línea con los ministros de Cristina Fernández al desalentar las expectativas de una futura devaluación del peso y ha prometido mantener la senda del kirchnerismo.

También el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el jefe de Gabinete del Ejecutivo, Aníbal Fernández, han insistido en los últimos días en que ni la escalada del precio informal del dólar, ni la depreciación del real brasileño o las recientes caídas bursátiles en China (dos socios comerciales estratégicos de Argentina) supondrán correcciones en la economía del país suramericano.

Sin debate formal de ideas, desde el comienzo de la campaña los postulantes presidenciales apenas han dado precisiones sobre sus planes en materia económica.

Macri, líder de Propuesta Republicana pidió hoy a los argentinos “ aguantar cuatro meses más ” y apuntó como principal meta económica la lucha contra la pobreza, durante un acto en la provincia de Mendoza.

Pese a sus críticas a la gestión del Gobierno, el aspirante conservador sorprendió hace diez días cuando aseguró que mantendrá algunas de las más controvertidas medidas kirchneristas, como el control del Estado en la petrolera YPF y Aerolíneas Argentinas y las millonarias ayudas sociales a las familias de menores ingresos.

Macri no ha revelado qué hará con el abultado gasto público o con el complejo cepo cambiario, asuntos sobre los que tampoco se ha pronunciado Scioli.

Pese a la ambigüedad de los candidatos sobre temas polémicos en esta campaña, el debate económico salpica el proceso electoral y ha dado protagonismo a un vídeo en el que economistas neoliberales próximos a Macri, de Propuesta Republicana (Pro) , apostaban en mayo pasado ante empresarios por recortar subsidios y levantar las barreras a las importaciones.

Los expertos también propusieron abrir sin más el cepo cambiario, impuesto por el Gobierno de Fernández a finales de 2011 para intentar frenar la fuga de capitales, y eliminar los impuestos a las exportaciones de granos, que fueron eje de una severa disputa entre el Ejecutivo y el sector agropecuario en 2008.

Además defendían la negociación de acuerdos de libre comercio con terceros países, por fuera del Mercosur o a partir de un bloque regional reformado, y cuestionaban la continuidad del sistema de paritarias, por el que patronales y sindicatos negocian anualmente salarios con la intermediación del Estado.

Aunque Macri no ha respaldado públicamente estas propuestas, el Gobierno ha aprovechado para cargar contra el aspirante conservador.

“ Con estas declaraciones, que no tengo ninguna duda son el verdadero plan del Pro, muestran la hilacha sobre su voluntad histórica de destruir la industria nacional ” , denunció el ministro de Planificación, Julio de Vido.

También el jefe de Gabinete argentino y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, Aníbal Fernández, se sumó a las críticas y advirtió que la oposición prefiere “ tener una Argentina muerta de hambre y financiada para que los que tienen mucho tengan más ” .

La respuesta de Macri no se hizo esperar: pidió al oficialismo que deje de “ asustar ” al electorado y miren la paja en el ojo propio.

“ Basta de asustar a la gente. Nosotros queremos una Argentina que se va a expandir, que va a crecer su economía. Hoy es al revés: está todo ajustado y estamos llenos de cepos que impiden que el país crezca; hace cuatro años que el país está ajustado ” , afirmó Macri, actual alcalde de Buenos Aires.