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Un grupo de amotinados se subió al tejado del centro, la Penitenciaria Estatal de Londrina II, y amenazó con lanzar al vacío a dos rehenes que tenían en su poder atados y amordazados, según imágenes de televisión.
Todos los agentes penitenciarios consiguieron evacuar la cárcel y todavía no hay informaciones sobre posibles víctimas, informaron portavoces de la Policía citados por medios locales.
Durante la protesta, los presos rompieron vidrios, tejas y prendieron fuego a colchones y mobiliario de la prisión, pues se podían ver grandes columnas de humo.
El Gobierno de Paraná, la Policía Militarizada y representantes del poder judicial iniciaron negociaciones con los presos cerca de siete horas después del comienzo del motín, que empezó alrededor de las 10.30 hora local (13.30 GMT) .
Los internos protestaban para pedir mejorías en las condiciones de la cárcel y medidas contra el hacinamiento del centro, con capacidad para cerca de 900 reclusos y donde actualmente hay unos 1.200 presidiarios.
El hacinamiento, la insalubridad y los motines son problemas frecuentes de las penitenciarias de Brasil, país que tiene la cuarta mayor población carcelaria del mundo.
Las 1.424 cárceles de Brasil tienen capacidad para 376.669 personas y albergan a 607.730 presos, según un informe divulgado el pasado junio por el Ministerio de Justicia.
El propio ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, ha llegado a calificar las condiciones de las cárceles del país como “ medievales ” .