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La vida privada es una, pero es ruin de parte del “patrón” impedirle trabajar al futbolista por despecho amoroso. Mi solidaridad con el futbolista, quien debe enfrentar la crítica de una sociedad retrógrada y machista, y la irresponsable e irracional sobreexposición a la que le someten los medios de comunicación.
Natalia Ortiz