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La alternancia es lo único que queda de nuestra débil y agonizante democracia.
Ante la falta total de institucionalidad la alternancia funciona como único, aunque frágil, disuasivo contra la corrupción total imperante, y como único freno a dictadores.
Si continuamos con el actual gobierno destructivo (piense en los bosques, la economía, la educación, la salud, la seguridad), sería el fin de nuestro querido país.
Haga lo que esté a su alcance con su voto, para lograr la alternancia en las próximas elecciones. Opóngase siempre a la modificación de la Constitución. No a la reelección.
Reelección = más corrupción = impunidad = dictadura.
No necesitamos un dictador, mucho menos un patético títere multicolor, sin sangre, corazón, ni alma.
Carlos Carmagnola