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¡Qué increíble que la policía, que es la que te debe cuidar y proteger, sea la que te asalte! Resulta que como si no hubiera crímenes por resolver, cómo si no hubiera motochorros, tortoleros y demás delincuentes asolando los barrios, ahora uno se tiene que cuidar de la policía, que patrulla las calles no buscando detener el crimen, si no generando situaciones de extorsión.
Por ejemplo, si encuentran una pareja en un automóvil a los arrumacos, los llevan a la comisaría y luego los liberan a cambio de un par de millones de guaraníes. O si encuentran a unos jóvenes con una ínfima cantidad de marihuana, hacen lo mismo.
En síntesis, si los oficiales de policía se enfrentan a un “delito”, en lugar de detener e iniciar un proceso a los infractores, los extorsionan y los liberan por dinero. Desde luego, no se trata de delitos, si no apenas de faltas, pero quién no prefiere pagar a contar con una mancha en su prontuario e involucrarse en un proceso judicial, simplemente por beber alcohol en la vía pública o una minucia semejante. ¿Cuántos millones se embolsan estos policías con este proceder? ¿Quién está en la cima del esquema de chantaje que permite que patrulleras y celdas se usen para este fin? ¿Llegará el esquema incluso hasta los despachos importantes del Ministerio del Interior? Si así no fuera, supongo que ya habrían intervenido ante estos casos que ocurren en varios barrios.
Lorena Morales