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Mucho ojo que computar el 92% de los votos, u otro porcentaje similar, será la manera más fácil, directa, y grotesca, de robar 8% de votos al contrincante.
Solo hay que retener el reporte de aquellas mesas con muchos votos en contra, hasta ese 8%, y listo.
No se debe aceptar esta vulgar tramoya que pretende direccionar el resultado de las elecciones hacia un candidato en particular.
Carlos Carmagnola