¿El Chivo expiatorio?

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Una madre preocupada porque el nombre de su hijo: Ricardo Rojas (CI 4397772) aparecía como sospechoso de un crimen y convencida de que su hijo no podía ser el culpable lo lleva a la comisaría con el fin de aclarar lo que se trataría de un caso claro de homonimia.

¿El resultado? El chico queda detenido, acusado, juzgado y sentenciado a 10 años de cárcel.

En el proceso se descubre que este muchacho tenía flor de coartada, pues ese día, a la hora del ilícito se encontraba trabajando en el establecimiento de Ismael González, muy lejos de ese sitio, en la compañía Diarte Caballero (Paraguarí). Por otro lado, no tenía antecedentes policiales. Además, la persona que fue asaltada no lo pudo identificar.

En el proceso aparece, sin embargo, otro Ricardo Rojas (CI 2.510.782) con antecedentes de varios hurtos realizados los años 1994-2002 y 2008. Si bien la tipificación de hurto corresponde a un delito menor (sin violencia ni daño físico a cosas o personas), debería haber sido investigado al igual que lo fue el otro.

Hay que destacar también que el nombre de Ricardo Rojas es muy común y habrá sin duda muchas personas con ese mismo nombre y apellido, por lo tanto, la homonimia sería el último punto a tener en cuenta, el fiscal habrá presentado las pruebas con base en otros hechos que la defensa no ha podido rebatir y el juez no ha tenido más remedio que dictar sentencia en su contra.

Lo ideal sería que el diario ABC continúe con la investigación y aporte más elementos para que los lectores puedan quitar sus propias conclusiones.

Mientras tanto, así como nos llega la información, nos sugiere que es una metida de pata de la justicia y si ello se llega a comprobar, este joven no podría quedar preso ni un segundo más y la Justicia deberá abonarle los millones de dólares que le correspondería pagarle en concepto de mala praxis.

JJ Migliore

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