El tesoro ignorado de Jesús 

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En la sagrada escritura se encuentra la historia del hombre que encontró un tesoro en una propiedad ajena. Entonces volvió a taparlo y vendió todas las cosas de cierto valor que tenía para luego comprar el campo donde estaba el tesoro. El tesoro en este caso es el paraíso y lo vendido para adquirir el campo son las renuncias al pecado que se manifiesta en distintas formas. El poder, la fama y la riqueza es tan efímera como lo demuestra la historia. Sería largo dar nombres. No sirve ser rico y poderoso por 10, 40 o 60 años que no llega a un parpadeo ante la eternidad del reino de Dios.

En nuestro país, como lo ha destacado la iglesia, los medios nacionales e internacionales, la Nación sufre de una galopante corrupción, tanto arriba, en los poderes dominantes como abajo como por ejemplo con los agentes de tránsito.

El diablo se relame por los dedicados a la venta de drogas, por la exaltación del sexo en la televisión, por los integrantes de las barras que disparan contra otros hinchas, etc. Jesús quiere perdonar a todos y ofrecer su tesoro a la humanidad entera que ni se da por enterada. Solo nos queda dos caminos: el cielo o el infierno. Los seguidores de escribas y fariseos pululan en todos los ambientes, ya sean gubernamentales, empresariales, entre la gente común, sociales, deportivos, hasta en grupos religiosos adornados con modernas cortesanas. Tenemos el anuncio del mismo Jesús que llegado el momento de su venida última habrá en la tierra lamentaciones como nunca hubo. La sabiduría de cada uno está en saber distinguir a tiempo en cada uno su error.

Ignacio Vizcarra

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