Cargando...
La continuidad del Estado paraguayo se halla en una muy difícil situación debido al resultado de las elecciones del 22 de abril, en las que ganó el partido oficialista por muy escaso margen y que la oposición se niega aceptar.
La victoria de la ANR es la más estrecha en toda la historia política del Paraguay, desde los inicios del gobierno democrático, y ha convertido a la Alianza Ganar en una fuerza política poderosa y que, bien dirigida, podrá contribuir al buen gobierno de nuestro país.
Y el buen gobierno de nuestro país es el legítimo interés de los más de 6 millones de paraguayos que lo habitan. Todos sabemos que este país tiene grandes necesidades de mejorar la salud, la educación, el acceso a una vivienda digna, la seguridad, la inversión en infraestructura física, etc. Pero quizás la necesidad más urgente de todas es que los políticos se dediquen de lleno a servir los intereses del Estado, buscando por todos los medios la reconciliación de todos los partidos, dejando de lado ambiciones personales.
La situación actual pone al candidato de la Alianza Ganar ante estas dos alternativas de suma responsabilidad: o acepta el resultado de las urnas y permite al oficialismo hacer un buen gobierno con la estrecha colaboración de ellos mismos, o proseguir con sus cuestionamientos, creando una situación de serio riesgo para el Estado paraguayo.
A modo de ejemplo cito un incidente semejante: el caso del expresidente Nixon, que en las elecciones presidenciales de 1960 perdió por un escasísimo margen ante el candidato John F. Kennedy, en elecciones que no fueron del todo transparentes. Conocido el resultado de las urnas, el candidato perdedor las aceptó de inmediato en aras de la pacificación de los ánimos y el buen gobierno de su contendor.
Como ciudadano preocupado por los actuales acontecimientos, hago un llamado a la grandeza de espíritu del candidato de la Alianza Ganar para que, aceptando el resultado de las elecciones del 22 de abril (hecho ya reconocido por países de inmensa gravitación mundial, tales con EEUU, USA, Brasil, Argentina, entre otros), permita mantener la paz y la armonía entre todos los paraguayos, demostrando a todos sus conciudadanos que, cuando las circunstancias lo ameritan, puede actuar la grandeza de espíritu necesaria para apaciguar en aras del bien común.
Nicolás González Oddone