Estructuras corrompidas

Cargando...

Un país tan rico en historia, con grandes hombres que escribieron con letras de oro y de sangre las quimeras de nuestra querida tierra guaraní, hoy se encuentra sumergido en una triste y vergonzosa situación política, situaciones nacidas principalmente de los ancestrales partidos políticos del país.

Decía un gran hombre: “Los partidos tradicionales, en vez de ser útiles a la patria, utilizan la patria; en vez de servir sanos intereses nacionales en el gobierno, hacen que el gobierno les sirva a ellos”. Cuánta razón tenía, cuánta razón tiene; considero que sería vital la reflexión del cambio de partido político por partido platalítico o partido mafialítico.

Aquellos mítines y concentraciones, motivados con el “vaka’i” y la caña, pero con dirigentes movidos a base del amor a su partido y su patria, hoy van quedando en la historia y son simples anécdotas, fuentes de discursos de los nuevos “dirigentes”, nuevos dirigentes movidos no con “vaka’i”, sino con varios ceros, nombramientos en Itaipú o la contratación de su hijo, sobrino, esposa, amigos y niñera en alguna institución del Estado.

Hoy en día, ingresar a la política por amor a la patria es un cuento más falso que las anécdotas de mi tío borracho. LAMENTABLE, TRISTE, VERGONZOSO es la situación dirigencial de los partidos políticos tradicionales. Una muestra clara de ello es el cambio de estatuto de una conocida agrupación, para que el “exitoso empresario” haya sido presidente. ¿Y el pueblo? Bien gracias, esperando el día de la elección a recibir la imagen de San Roque, sin importar el sufrimiento de otros cinco años, con la cobarde excusa de “así nomás luego es”, “vyropáma voi”. ¿Y los jóvenes? y por ahí también estarán, a algunos no les “gusta luego la política” y otros están cepillando zapatos y vendiendo su afiliación por un contrato en la Justicia Electoral.

Hace unos años me he afiliado al partido azul del cielo, con la esperanza de que sería LA OPCIÓN DE CAMBIO; hoy solo puedo decirles que ese partido tan hermoso, con tan rica ideología, ha quedado en el olvido y posiblemente haya muerto con Eligio Ayala; como el partido del color del fuego y la sangre, con Bernardino Caballero.

Los líderes se han olvidado del pueblo, de la gente, de los valores, de la PATRIA; vivimos en la era política de quién da más, quién tiene más, quién pone más. Se ha dejado de ver a la política como un medio de servir a la gente, sino como una oportunidad de hacerse rico, millonario, poderoso. Imagínense que un candidato a intendente gaste más de mil millones en su campaña proselitista y su salario en cinco años de gobierno no alcance ni la mitad, entonces algo está mal, muy mal. Imagínense que un “dirigente” funcionario público esté ganando dos millones de guaraníes, pero su residencia es una mansión y se dedica a nivelar el asfalto todo el día en un vehículo del año.

Anhelo ver a los verdaderos políticos, a la heroica juventud, a los auténticos campesinos y trabajadores, trabajando por los mejores hombres y mujeres; y que no se sometan a las estructuras corrompidas de la mafia y la corrupción.

Lorenzo Giménez

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...