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No soy un especialista, pero tengo una modesta sabiduría, para darme cuenta de la descoordinación e incoherencia de nuestra política exterior. Me refiero específicamente a la intervención, según un prestigioso que tuvo Héctor Cárdenas, titular de la SAS en la sede del Parlamento Europeo (Bruselas), desarrollando sobre “Estrategias de salida de la pobreza”, resaltando en su alocución política y diplomática, como medio de solución para los más desvalidos en lo económico y social del Paraguay, el aumento de la “presión tributaria”, o sea, más impuestos; mientras nuestro Presidente de la República, aquí ha ordenado la no implementación del sistema propuesto por el Ministerio de Hacienda y otras reparticiones competentes para el caso; o sea, el Sr. Cárdenas, por un lado dice “sí” al aumento de impuestos y el principal de nuestro país dice “no”.
Quizás sea una estrategia política, pero a mí no me cierra como buena esta representación internacional. Como si fuera que los países del primer mundo no supieran lo que sucede dentro de nuestra política interna, para eso tienen a sus embajadores, agregados militares, comerciales y otros diplomáticos, que les ponen al tanto.
Ahora, yendo al pensamiento del Sr. Cárdenas, que no creo que sea de él solo, le digo que cualquiera se da cuenta de que la cuestión no es crear nuevos impuestos, ni aumentar los existentes con el pretexto de que nuestro país tiene uno de los más bajos tributos con relación a los otros países de la región. Lo que no tiene en cuenta o quiere ocultar es cómo se administra lo recaudado, que todos sabemos se aplica gran parte para sueldos de correligionarios, operadores políticos, parejas extramatrimoniales o para la riqueza personal de la mayoría de los que hacen una mala praxis de la política partidaria. También están los evasores que tienen que ponerse al día, y luego conversar sobre un posible aumento o creación de nuevos impuestos. En síntesis, hay que ver si esos países que se ponen siempre de ejemplos destinan el 75 u 80% de sus tributos recaudados a salarios de funcionarios públicos.
Heraldo Rojas