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Se han violado principios importantes del Derecho, y dicen que hasta nuestros Códigos tienen defectos. A mí, por lo menos, me convencieron, y me hicieron pensar.
Tanto hemos vivido burlando el Derecho, que hemos perdido no solo el respeto a la ley sino hasta la conciencia o instinto de la norma, del orden y de la justicia. Algunos, muchos, todavía se manejan por miedo a alguna clase de pena y no por la ética mínima de respeto al orden social. Entonces, se llega a los extremos casi increíbles como los publicados descubiertos en la UNA. Y todavía debemos recordar que cabe esperar escándalos similares en casi todos los organismos públicos.
El presidente Cartes tiene a su alcance llevar adelante una verdadera revolución mediante la convocatoria a la juventud y a otros grupos independientes y respetables (excluidos algunos docentes y campesinos), que le pueden dar todo el apoyo necesario para desmalezar un aparato público que nos está desangrando ya intolerablemente. Aun llegando a la franja medio nebulosa que limita los hechos consumados de lo claramente jurídico, que suele servir de refugio de los canallas.
Carlos J. Ardissone V.