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El comienzo de la primavera estudiantil y el inicio de acciones con su consabido efecto dominó, van rodando cabezas y todavía quedan muchas por rodar queda entonces en nosotros seguir manteniendo limpia la senda abierta que nos deja esta juventud, cuidar que los oportunistas, pescadores de río revuelto no vayan a aprovecharse e intentar convertir este despertar en otro “marzo paraguayo”. Sigamos pues sin perder el objetivo consientes que como sociedad debemos acompañar y vigilar este proceso, y lo mucho que nos queda por hacer... la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía, el Congreso, la FTC, y otras por no decir todas las instituciones de la República que se manejan de igual manera. Llega la hora de cumplir con nuestro deber ciudadano, exigir respuestas a todo este sistema perverso que la justicia lo cubre con su manto de impunidad. Este sistema que sumergió al país en la pobreza e ignorancia. Hay varios casos acontecidos en sospechosas y extrañas circunstancias, llámese en el ámbito civil, penal o criminal, si la Fiscalía General, la Corte Suprema de Justicia o el Jurado de enjuiciamiento no actúan de oficio, apartando o enjuiciando a fiscales y jueces que apañan y encubren casos como estos, entonces es justo que rueden mas cabezas.
Todas estas instituciones están en deuda con la sociedad y tienen la obligación moral de dar claras respuestas, a todas sin excepción, además deben adaptarse a este nuevo tiempo a este despertar ciudadano, caso contrario lo más probable es que la harta y cansada sociedad se transforme, al igual que esos valientes jóvenes, en un tsunami de coraje y patriotismo y exija justicia para todos. Entonces no habrá marcha atrás, caerá la careta del que tiene careta, rodarán más cabezas y caerá más gente, porque cuando los de abajo se mueven, los de arriba caen. ¡Ha llegado la hora! Nuestra hora.
Pedro Riso Ramos