PDVSA, en serio y en broma

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Los casi 300 millones de dólares no son deuda del pueblo paraguayo, que ha pagado al contado rabioso hasta la última gota del carburante consumido; son deuda de la clase política paraguaya que ha evaporado esa suma con la misma celeridad que el préstamo chino de los 400 millones, su antecedente inmediato. Por tanto, es justo que esa cuenta la paguen los políticos, íntegramente.

Antes de seguir, cábenos recordar un chiste militar: altos jefes se hallaban reunidos en West Point y, un general alemán decidió dar pruebas del alto grado de obediencia del soldado teutón. Llamó pues a Otto, le ordenó desenfundar su pistola y dispararse en la sien, y, ¡ pum !, allí kaputi el pobre soldado. El comandante norteamericano no quiso quedarse atrás; llamó a John, le mandó hacer lo mismo, y, ¡ pum !, “hasta la vista, baby”. El general paraguayo, por supuesto, no quiso ser menos y ordenó con firmeza: Gonzale, eju ápe che ra’y, enohê la nde pistola ha embokapu nde syváre. La respuesta del cabo fue fulminante: re ka’u jeýma hína mi general.

Traemos el chiste a colación para que sirva de advertencia a algún parlamentario serio que pudiera tener el coraje de proponer una ley que suspenda el subsidio monetario a los partidos políticos, hasta tanto se pague con esos fondos la deuda a PDVSA. El apoyo que recibirá de sus pares será igualmente fulminante: re ka’u piko hína, honorable colega.

Indudablemente, las medidas económicas inspiradas en el “pajaritico” no son exclusivamente caribeñas. Tienen su símil paraguayo.

Víctor Manuel Ruiz Díaz

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