Aprender a agradecer

Desesperados por la crisis venezolana, la salida para Angelo y Sheila fue Paraguay. Con un pequeño puesto de comidas típicas de Venezuela se ganan el sustento y han aprendido a agradecer por lo más básico: el pan diario.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/OZMYXYPQRRDA7B5NIVXPBLWXVQ.png

Cargando...

En medio de tantas necesidades, corrupción y otros males que enfrentamos, cuesta detenernos unos momentos a agradecer por lo que todavía tenemos.

Angelo y Sheila, una pareja de venezolanos que llegaron a Paraguay hace ocho meses, huyendo de la crisis en su país, sí son capaces de percatarse de lo bendecidos que aún somos en tierra guaraní.

A 3.500 kilómetros de Venezuela hoy se ganan el pan diario con un  puesto en el que venden arepas y cachapas, comidas típicas venezolanas, en una esquina del barrio San Pablo de Asunción, sobre las calles De la Victoria y Paso de Patria.

Angelo cuenta que en un momento dado en su país ya no les daba ni siquiera para la comida. “Teníamos que hacer una cola inmensa para ver si podíamos adquirir algo de alimentos y medicamentos. Así llegaba final de día y la pregunta era '¿qué comida llevo a la casa?'”, contó el hombre, quien hoy se muestra agradecido con todo el Paraguay, principalmente con una familia de apellido Galiano que -cuentan- les abrió las puertas de su casa desde el momento en que pisaron suelo paraguayo.

Angelo ya tiene muchas anécdotas de la solidaridad de nuestros compatriotas. “Un día estaba en el puesto y pasa un señor que desconozco, me dice ‘Venezuela, esto te lo manda Dios’ y me da 100.000 guaraníes. Luego regresaron y nos han mandado ropa, zapatos”, cuenta Angelo, quien se siente muy a gusto en nuestro país, aunque no hay un solo día en el que no piense en sus familiares. Mientras él y su esposa tienen la posibilidad de llevarse un pan a la boca, saben que ellos allá no la tienen.

La primera en llegar a nuestro país fue Sheila, quien consiguió el dinero cuando un hombre con enfermedad terminal, paraguayo, paciente de su hermana médica, le dijo que sentía en su corazón entregarle un ahorro que tenía. “Ese monto era exactamente el pasaje para mi venida”, recuerda emocionada en entrevista con ABC TV.

Ahora, la pareja sueña con radicarse en nuestro país y alquilar por lo menos un pequeño salón comercial para vender sus productos.

 

 

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...