Cuquejo pide a sacerdotes servir al pueblo

Servir al pueblo y vivir intensamente la vocación sacerdotal, pidió el arzobispo de Asunción, Mons. Pastor Cuquejo, a los sacerdotes en la misa crismal que se realiza en la Catedral Metropolitana.

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El Jueves Santo, la Iglesia católica recuerda la institución de los sacramentos de la Eucaristía y del orden sagrado, así como el mandamiento del amor. Esta celebración, durante la cual se bendecirán los óleos (aceites), se realiza cada año en las catedrales y los sacerdotes de toda la jurisdicción eclesiástica se reúnen para renovar los compromisos que asumieron en el día de la consagración. Las reflexiones, por tanto, se refieren exclusivamente a la misión sacerdotal.

En homilía, Cuquejo recordó primeramente su vocación sacerdotal, porque este año celebra su 50º aniversario de consagración.

“Con exuberante alegría me dirijo a ustedes para expresarles lo que siento en este año jubilar de mis bodas de oro sacerdotales, cuya fecha es el sábado 21 de junio, vísperas de Corpus Christi”, indicó y agregó que el sacerdote es un varón consagrado para servir al pueblo con las cosas de Dios y para ofrecer a Dios las cosas del pueblo.

“Hoy vivimos la realidad de esa unción cuando escuchamos las palabras de Jesús haciendo lectura de la profecía de Isaías y recogida por San Lucas: 'El Espíritu del Señor me ha ungido, me ha enviado a sanar los corazones afligidos, a dar la vista a los ciegos, a los presos la libertad y anunciar un año de gracia del Señor'. Esa unción la compartimos entre todos los sacerdotes, obispos, presbíteros, en una fuerza de comunión interpersonal que alimenta al cuerpo de Cristo peregrino en el mundo y presente hasta el final de los tiempos”, refirió.

Explicó que Jesús, como sumo y eterno sacerdote, nos ofrece su gracia sacerdotal. El Padre nos hace a imagen y semejanza de Cristo Sacerdote y aún más nos hace como otro Cristo que vive en cada uno de nosotros por la fuerza de la ordenación sacerdotal. Agregó que la unción no es solamente para el orden sagrado y que ya la iniciación cristiana se realiza mediante la unción con el Oleo Santo y el Santo Crisma para los bautizados y para la Confirmación.

Invitó a los numerosos sacerdotes que participaban de la misa a abrir las puertas del corazón al Señor, que quiere estar en su casa con un amigo, con un misionero; con alguien con quien hablar. “Ábranle al Señor los oídos del alma para escuchar el murmullo de su voz que llama incesantemente para que nunca te canses en su seguimiento”, dijo finalmente.

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