Caacupé: jóvenes necesitan ser guiados

“Culpar al joven es fácil, pero pregunten: ¿Dónde está su padre, dónde está su madre?”, dijo el presbítero Alejo Robadín durante la homilía de la primera misa en el marco del novenario de la Virgen de Caacupé, patrona de los católicos en Paraguay.

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El novenario de Caacupé comenzó este lunes con una reflexión sobre la situación de los jóvenes en Paraguay, ajustándose a lo ya anunciado: que con la festividad mariana de este año comenzará un trienio (periodo de tres años) en el cual la Iglesia se centrará en los problemas de los jóvenes y en sus posibles soluciones.

La homilía de hoy estuvo a cargo del párroco de Pirayú, Alejo Robadín, quien señaló que hoy en día la sociedad considera que muchos jóvenes están en el camino equivocado, pero si lo están no es precisamente por su culpa, sino porque nadie los guió hacia el camino correcto.

“Culpar al joven es fácil, pero pregunten: ¿Dónde está su padre y dónde está su madre? ¿Cómo un joven va a crecer bien si no estamos a su lado para apoyarle? Debemos atender este punto porque no podemos solamente culparlos. ¿Quién les enseñó? ¿Quién les alentó?”, dijo el predicador del Jubileo de la Misericordia.

Instó además a la sociedad a volver a Jesús, a usar más que nunca el sacramento de la reconciliación, porque “un pueblo santo es un pueblo feliz que sabe perdonar, que sabe servir”, dijo ante los fieles que se congregaron en la Básilica de la Virgen de Caacupé, patrona de los católicos en Paraguay.

En este sentido, destacó la importancia de la Virgen María como intercesora ante Dios para obtener el perdón. “Todos necesitamos del perdón y la misericordia de Dios y ella es la intercesora ante Dios (...) Ella es la madre de la gracia, la gracia es Jesucristo”, dijo según un reporte de la corresponsal de ABC Color Desiré Cabrera.

Robadín también dedicó parte de su homilía a la corrupción, que está últimamente en todos los ámbitos, desde la política hasta el deporte, "nadie se salva", señaló. Agregó que los políticos suelen prometer que acabarán con la corrupción, pero, por el contrario, ésta cada día crece más rápido, por lo que es urgente la reconversión y el regreso a Jesús.

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