De vendedores a “reyes”

Lorenzo (34) y Arnaldo Cubilla González (21) son dos hermanos paraguayos que fueron detenidos hace algunos días en Argentina. Como tantos compatriotas que migran al vecino país en busca de oportunidades laborales, ambos tuvieron que empezar de bien abajo. Sin embargo, a diferencia de otros, optaron por la ilegalidad para ganarse el dinero; lo que les terminó costando caro.

Según publica el diario Clarín del vecino país, el menor de los hermanos había llegado a Argentina a principios de los años 2000 y se instaló en una precaria casilla de la villa Zavaleta, en avenida Iriarte y Luna; en Barracas, uno de los 48 barrios de la ciudad de Buenos Aires. Allí los hermanos Cubilla comenzaron a dedicarse a la venta de marihuana, con lo que fueron ganando dinero.

Una vez que tuvo dinero, Arnaldo se compró un departamento de tres ambientes en el barrio porteño de Almagro. Dejó el mal pasar y comenzó a vestirse con ropa de marca y a la moda, además de comprarse un automóvil Volkswagen Fox; la intención era no llamar demasiado la atención.

Tiempo después, ambos tenían dinero suficiente para comprarse un campo en San Pedro del Paraná donde cultivaban la droga. Desde allí, Lorenzo enviaba la marihuana para la venta a Buenos Aires. El mayor de los hermanos llegó a convertirse en dirigente del Sportivo San Pedro del Paraná, que bajo su presidencia ganó la liga Tebicuary de fútbol. No conforme con eso, llevó a varios de sus jugadores a vivir en su departamento en la capital argentina y los ubicó en equipos del ascenso del fútbol del vecino país.

Los problemas comenzaron para los hermanos luego de que un vendedor señalara a uno de ellos -Arnaldo- como distribuidor. Un juzgado de la capital argentina pidió a la Policía Metropolitana que investigara el tema.

En primer momento, los investigadores no consiguieron mayores datos sobre Arnaldo pero si de la cuenta de Facebook de su novia. La mujer se dedicaba a la manicura y trabajaba en una peluquería.

Durante seis meses los investigadores pincharon unos 30 teléfonos, montaron guardia frente al departamento y colocaron rastreadores satelitales al automóvil de Arnaldo; lo mismo que con todos los vehículos de los supuestos cómplices. Para poder entender las conversaciones en guaraní, se requirió la participación de dos traductoras.

Según relata el citado portal, el mayor de los hermanos era el “más osado” de acuerdo a datos proveídos por los investigadores; su intención era acaparar y traficar cada vez más. El menor prefería mantener un perfil bajo, algo que molestaba a Lorenzo. “Si te querés abrir, hacelo. Si tenés miedo, andate que me busco otro socio”, amenazaba.

En mayo, ambos fueron hasta la ciudad de Salto, provincia de Buenos Aires. Habían viajado sin automóviles pero desde la villa Zavaleta de la capital salieron una camioneta y un auto de custodia. Los investigadores descubieron gracias al operativo que se habían dirigido a un hangar ubicado en el aeródromo de esa ciudad. De allí volvieron con 500 kilos de marihuana.

Desde esa oportunidad, el aeródromo también fue vigilado por agentes escondidos en un campo cercano. Así consiguieron detener a un piloto que se dedicaba a las fumigaciones y que también hacía las veces de distribuidor de los hermanos; además de guardarles la droga en su hangar. Los Cubilla preparaban un gran cargamento, con la intención de “terminar de coronarse como 'reyes de la marihuana'” según Clarín.

Unos 3.500 kilos serían trasladados en un camión blanco que portaba insignias falsas del Ministerio de Desarrollo de la Nación que simulaba llevar donaciones. Los hermanos monitoreaban el traslado desde el departamento en Almagro; allí se enteraron que la carga había sido incautada por la Policía. Al mismo tiempo, su departamento era allanado, fueron arrestados y les secuestraron dos kilos de cocaína; mientras tanto, los efectivos entraban al hangar que utilizaban, detenían al piloto y desarmaban el resto de la organización en la villa Zavaleta.

Los Cubilla fueron procesados junto a cinco cómplices, y la Justicia les impuso un embargo de 1.000.000 de pesos a cada uno de los hermanos.