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En su análisis habló sobre la división dentro de los partidos políticos, llamativamente no mencionó, siendo el pastor, ni una sola palabra sobre la muerte del joven liberal Rodrigo Quintana, ni las lesiones graves de otras personas ni la destrucción parcial del Congreso Nacional.
Calificó de “socarronería” el rechazo de la enmienda en la Cámara de Senadores en agosto de 2016, porque, según dijo, presentar la enmienda en la sesión para rechazarla después, aunque esto sea legal, solo agitó el conflicto. Asegura que fue un ataque de sorpresa y éticamente muy cuestionable.
Afirmó que los que buscan el poder normalmente están en contra de la reelección porque aminora sus chancees de ser electos, contra aquellos que ya están en el Gobierno. Aseveró que la asamblea constituyente de 1992 declaró el mandato presidencial de cinco años improrrogable (Art. 229), no solamente como una reacción contra el régimen de Strossner, sino esto fue más bien una cláusula para impedir la reelección del Gral. Andrés Rodríguez.
Indicó, en la radio local La Voz del Chaco Paraguayo, que existió un acuerdo verbal entre los constituyentes de aquel entonces, de levantar esta cláusula, a más tardar en 10 años, porque en la mayoría de los países democráticas hoy día existe la posibilidad de una reelección, sobre todo para evitar que en el tercer año presidencial ya comience la fuga de su entorno, para acomodarse con posibles nuevos candidatos.